Más de la mitad de los 55.000 MW de proyectos renovables españoles que recibieron la declaración de impacto ambiental (DIA) favorable el pasado 25 de enero no llegarán a tiempo a construirse antes del mes de junio de 2025.
Los cálculos del sector energético apuntan a que han obtenido las DIA favorables y siguen con el proceso de tramitación proyectos con una potencia total de entre 50.000 y 60.000 megavatios (MW) —el BOE recoge hasta el momento casi 38.000 y faltan por conocerse los datos de las comunidades autónomas—. Todos estos tendrán que levantarse en el plazo máximo de dos años desde la obtención de la autorización de construcción a mediados de este año.
Y es que para conseguirlo, el sector debería construir en dos años toda la nueva potencia renovable prevista por el Gobierno para esta década dentro del Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) —pendiente de revisión este 2023— y tendría que prácticamente multiplicar por cinco el ritmo de construcción anual que se ha ido registrando en los últimos años en el mercado español.
“Hay de plazo hasta junio de 2025 para poner en funcionamiento 55 GW; es imposible”, declaró José Bogas, consejero delegado de Endesa, en una rueda de prensa tras la presentación de los resultados financieros de la empresa en 2022.
Colapso
Tras adquirir la declaración ambiental, la siguiente prueba de fuego será conseguir la autorización administrativa previa antes del 25 de abril y la autorización administrativa de construcción antes del 25 de julio.
Sin embargo, las compañías energéticas han alertado de la saturación a la que se verán sometidas las cadenas de suministro para lograr construir las nuevas plantas en un período tan corto de tiempo. No es solo cuestión de tener a tiempo las infraestructuras, sino de cerrar contratos de financiación con bancos, encontrar proveedores, conseguir acceso a la red de transporte o distribución, conseguir compañías para llevar a cabo los trabajos de construcción, la disponibilidad de la mano de obra suficiente y cualificada...
Bogas apuntó además un detalle que añadir a esta problemática y es que los proyectos que finalmente salgan adelante, según él, "serán hasta un 20% más caros".
Desde la Asociación de Empresas de Energías Renovables (APPA) consideran que "lo racional sería alargar el plazo y que no se exija construirse en dos años lo que debería hacerse en cuatro. Hay que flexibilizar los hitos finales".
Por su parte, la Unión Española Fotovoltaica (UNEF) comparte el mismo sentimiento respecto a esta cuestión, “es imprescindible un aplazamiento de esa fecha final por los cuellos de botella”.
Falta de mano de obra
A parte de la saturación de la cadena de suministro y los problemas que puedan derivar de ello, otra de las grandes preocupaciones del sector renovable y que lleva viviendo sobre todo el fotovoltaico desde hace un año, es la falta de mano de obra, ante todo cualificada.
Los promotores además se enfrentan al denominado "efecto canibalización", con las empresas robándose unas a otras los trabajadores para completar sus plantillas y poder atender a todos los encargos que tienen.
Ahora, el crecimiento del sector ha llevado también a un escenario en el que se están creando nuevos perfiles profesionales, altamente especializados. Tanto es así que estudiantes universitarios y de Formación Profesional, recién salidos de sus centros educativos, entran de manera automática en un mercado donde no hay tiempo de reacción. Las empresas demandan una nueva cantera y se impulsa la formación y la creación de planes de carrera, sobre todo de ingenieros.
"Las renovables son un nicho de presente y futuro, las renovables en tierra, las fotovoltaicas, la eólica marina… Por lo que es absolutamente necesario que en los próximos años tengamos a jóvenes especialmente formados", declaró Jon Macias, presidente de APPA Autoconsumo, a este medio.
gordon
27/02/2023