Omán se hará con el 41 % de Berkeley, la empresa que aspiraba a construir una mina de uranio en Salamanca, para saldar una disputa que ambas partes mantenían a cuenta de los 65 millones de dólares (56 millones de euros) que el fondo soberano le inyectó para, entre otros, financiar ese proyecto.
Según ha detallado este martes Berkeley en un comunicado a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), la empresa ha emitido 186,814 millones de acciones ordinarias de 0,27 libras (0,32 euros) cada una, con las que se hará una filial de la Autoridad Inversora de Omán (OIA, en inglés).
https://elperiodicodelaenergia.com/estocada-final-del-gobierno-al-proyecto-de-la-mina-de-uranio-de-berkeley-en-retortillo-salamanca/
Esa emisión es resultado de la conversión de un pagaré de 65 millones de dólares de 2017 por el que ambas partes litigaban.
Hace unas semanas el fondo Singapore Mining Acquisition (filial de la OIA, y anteriormente el Fondo de Reserva General del Estado de Omán) le reclamó su abono inmediato alegando que el acuerdo entre ambas partes "se ha frustrado y/o ha ocurrido un evento de incumplimiento".
El capital social de Berkeley después de la admisión a cotización de los nuevos títulos será de 445,8 millones de acciones.
Este cambio accionarial se produce después de que el pasado viernes el proyecto para la construcción de la mina salmantina fuera rechazado por el Gobierno español, una decisión que la empresa cree que "no es legal", por lo que lo continuará defendiendo "enérgicamente" y considerará todo el "rango de opciones legales a su alcance".
Para Berkeley, el Gobierno español ha infringido la normativa sobre procedimientos administrativos en España, así como su derecho de defensa.
La empresa cree que no es legal el rechazo a su proyecto después de toda la información adicional que ha presentado a los distintos requerimientos.
El pasado 13 de julio el Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) ya informó desfavorablemente sobre la solicitud presentada por Berkeley el 7 de septiembre de 2016 para construir la que pretendía ser la mina de uranio a cielo abierto más grande de Europa.
En su dictamen, el organismo explicaba que su valoración responde a la escasa fiabilidad y las elevadas incertidumbres de los análisis de seguridad de la instalación radiactiva en los aspectos geotécnicos e hidrológicos.
Con ese informe del CSN, que es vinculante, y tras analizar las alegaciones de la empresa, el Ministerio de Transición Ecológica decidió denegar la autorización de construcción de la instalación nuclear.
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