En un giro inesperado en la carrera por los combustibles verdes, la empresa danesa de energía Orsted ha decidido cancelar su proyecto de planta de e-metanol destinado a suministrar combustible sostenible para barcos, concretamente cargueros.
La construcción de FlagshipONE había comenzado en mayo de 2023, con una inversión proyectada de 175 millones de dólares
Esta decisión marca un nuevo retroceso entre las grandes energéticas europeas en sus iniciativas de combustibles verdes, reflejando las dificultades crecientes en un mercado que parece aún no despegar.
Flagship ONE
El proyecto, conocido como FlagshipONE, había sido presentado en 2022 como un cambio de paradigma en el sector de los combustibles sostenibles para el transporte marítimo. Con una producción estimada de 50.000 toneladas anuales de e-metanol, la planta iba a utilizar energía eólica del norte de Suecia y carbono biogénico capturado de la industria forestal local. Sin embargo, a pesar de sus prometedores comienzos, Orsted sorprendió la semana pasada a los inversores al anunciar que suspendía el desarrollo del proyecto, que debía empezar a producir en 2025.
Mads Nipper, presidente y CEO de Orsted, explicó durante la presentación de los resultados semestrales de la compañía que la decisión fue tomada debido a la lenta evolución del mercado europeo de combustibles líquidos sostenibles. "El mercado de e-combustibles líquidos en Europa se está desarrollando más lentamente de lo esperado, y hemos tomado la decisión estratégica de despriorizar nuestros esfuerzos en este mercado y cesar el desarrollo de FlagshipONE", declaró Nipper.
La construcción de FlagshipONE había comenzado en mayo de 2023, con una inversión proyectada de 175 millones de dólares (unos 157 millones de euros al cambio actual). No obstante, la falta de contratos a largo plazo a precios viables para el e-metanol ha llevado a Orsted a cancelar el proyecto. "Continuaremos enfocándonos en el desarrollo de hidrógeno renovable, que es esencial para la descarbonización de industrias clave en Europa y está más alineado con nuestro negocio principal", añadió Nipper.
Este movimiento se produce en un momento en que la industria del transporte marítimo y los reguladores enfrentan desafíos significativos para desarrollar una oferta de combustibles sostenibles. Los altos costos anticipados de estos combustibles en comparación con los tradicionales han generado llamados a establecer recargos y fondos para ayudar a cerrar la brecha y fomentar la demanda de nuevas opciones de energía.
Revisión de la estrategia
La decisión de Ørsted también refleja una revisión más amplia de su estrategia, tras registrar pérdidas significativas en 2023, incluyendo la cancelación de dos grandes proyectos de parques eólicos marinos en Estados Unidos. Aunque la compañía ha avanzado en otros frentes, como el proyecto Sunrise Wind en Nueva York, enfrenta nuevos problemas en el mercado emergente de energía eólica offshore en Estados Unidos.
En particular, el proyecto Revolution Wind, que se construye entre Connecticut y Rhode Island, ha sufrido retrasos en la construcción de su subestación terrestre, lo que ha desplazado la fecha de operación comercial de 2025 a 2026, resultando en un cargo por deterioro de casi 309 millones de dólares.
A pesar de estos desafíos, Nipper aseguró a los inversores que las operaciones generales de Orsted están funcionando bien, especialmente en sus parques eólicos marinos. La compañía ha mantenido su guía de ebitda para todo el año y ha aumentado las expectativas de ganancias de su negocio de energía eólica offshore.
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