Las plantas procesan a diario el enorme caudal de energía que el sol proyecta sobre la Tierra en forma de luz, en un proceso natural que en el futuro podría abastecer de electricidad a los hogares, o al menos eso piensan tres emprendedores que ya han conseguido cargar el móvil con una maceta.
Los promotores de la empresa Arkyne Technologies, tres jóvenes andaluces que estudian en universidades de Barcelona, causaron asombro en febrero en el Congreso Mundial de Móviles al presentar su proyecto "Bioo", una tecnología capaz de convertir la fotosíntesis natural de las plantas en una fuente continua de electricidad.
Ahora, a punto de sacar al mercado sus primeros prototipos (un panel que puede cargar el teléfono móvil tres veces al día una vez que se instala en una maceta doméstica), explican sus planes de futuro en el seminario de Comarcas Sostenibles que organizan los municipios del Sureste de Gran Canaria, un foro varias veces premiado por Naciones Unidas como referencia en esta materia.
Pablo Manuel Vidarte, Rafael Rebollo y Javier Rodríguez llegan a Gran Canaria con una tecnología patentada, que acaban de explicar a los responsables del fondo de inversiones de la Fundación Repsol, que van a instalar en zonas verdes públicas de Sant Cugat del Vallès de la mano del ayuntamiento esta localidad de Barcelona y que a finales de este mes probarán si realmente tiene mercado.
"Hemos usado nuestros prototipos hasta ahora para cargar el teléfono móvil y, desde mediados de este mes, los vamos a vender en una campaña de 'crowfunding'. No pensamos recaudar mucho, sino que nuestra finalidad en esta fase es conseguir una validación del mercado con un mercado real", ha explicado a Efe Pablo Manuel Vidarte, estudiante de ingeniería multimedia de la Universidad Ramón Llull y consejero delegado de Arkyne Technologies.
Estos tres emprendedores universitarios han patentado una "pila biológica" que permite convertir en electricidad las sustancias que segregan las plantas durante la fotosíntesis, mediante unos microorganismos que rompen sus moléculas y liberan electrones.
"Funciona tan simple como colocar el panel con nuestra tecnología, ponerle tierra encima y plantar una planta. Un metro cuadrado de plantas te da para producir de 3 a 40 vatios, dependiendo del tipo de planta, si es más grande o más pequeña, y también de la especie que utilices", explica Vidarte.
Tras haber demostrado que con una maceta pueden cargar tres veces al día un móvil, estos jóvenes sostienen que sus pilas biológicas podrían abastecer el consumo de electricidad de un hogar estadounidense con un jardín de 10 metros por 10 plantado con césped (o de solo 3 metros por 5 si se plantan arbustos o árboles).
El consejero delegado de Arkyne Technologies promete que sus paneles "Bioo" no solo serán más baratos que las placas solares, sino que el usuario podrán amortizarlos antes, porque rinden más: funcionan noche y día, en los dos ciclos de la fotosíntesis de la planta, mientras que los fotovoltaicos solo lo hacen cuando hay luz.
"Una instalación de paneles fotovoltaicos en un jardín puede costar entre 10.000 y 20.000 euros para abastecer una casa y la recuperación de esa inversión lleva de 10 a 20 años. En cambio, usando paneles Bioo, el coste es de unos 5.000 euros y la inversión se recupera en alrededor de 4,4 años", argumenta Vidarte.
Los tres fundadores de Arkyne se introdujeron en el mundo de las renovables tras haber desarrollado un sistema de pequeños geolocalizadores que no salió adelante por la alta competencia en el sector.
Ahora, prueban suerte con un sistema de generación de electricidad que no solo contribuye a no emitir más CO2, sino que, si tiene éxito, reducirá la presencia de esos gases en la atmósfera gracias a las plantas. Como dice le lema de presentación de sus pilas, "la energía nunca ha sido tan verde".
Reportaje realizado por José María Rodríguez, de la Agencia EFE.
Deja tu comentario
Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Todos los campos son obligatorios