El término XM estaba, hasta ahora, en manos de Citroën para hablar de la berlina media que fue un éxito a mediados de los 90. Pero desde este año estas siglas tienen ADN alemán y, más concretamente de la región de Baviera porque en el portfolio de productos de BMW está este descomunal XM que hoy en El Periódico de la Energía vamos a tener el placer, nunca mejor dicho, de probar. Porque mientras la firma bávara se prepara para la total electrificación de su gama a partir de la década que viene, antes su departamento deportivo, BMW M, se ha dado el gustazo de crear no solo su segundo modelo tras el M1 de 1978 sino el BMW de producción más potente jamás creado hasta ahora. Teóricamente quizá carezca de sentido pero por tecnología, diseño y sobre todo rendimiento merece la pena hacer este vídeo que comenzamos ya mismo.
Extravagante, descomunal y quizá sinsentido. Así es este BMW XM que no es solo el segundo modelo de BMW M sino que es el modelo bávaro más potente jamás producido. Nosotros lo hemos probado. Así va
Como te hemos dicho en el arranque, este XM es el BMW más potente jamás construido pero también es uno de los más extravagantes a nivel estético que se recuerdan. A simple vista es claramente un BMW X, es decir, un SUV, pero con ciertas reminiscencias de las berlinas deportivas de la firma M. Sea como fuere hablamos de un coche grande, muy grande, que alcanza los 5,11 metros de longitud, por lo que se sitúa entre un X5 y un X7, a la que suma una anchura de 2 metros y una altura de 1,75 metros.
Tenemos un diseño exuberante, desproporcionado y que incluso asusta. Lo mires por donde lo mires genera sorpresa, ya sea para bien o para mal pues como ocurre muchas veces hay quien alaba este ejercicio de diseño y quien lo detesta. Entre sus elementos más destacados, nosotros nos quedamos con:
- El frontal presidido, lógicamente, por la ya característica parrilla desproporcionada de BMW que, en este caso, no solo es activa y está rematada con bordes dorados sino que como ocurría con el i7 (prueba), con el que por cierto guarda mucha similitud, ofrece la función de retroiluminación, dotándole de mucha personalidad cuando circula de noche.
- Las llantas de aleación ligera M, que de serie tienen un tamaño de 21 pulgadas y, como opción, pueden tener hasta 23 pulgadas, cuentan con un diseño único como estas que montamos nosotros.
- La pintura Cape York Green Metallic que a mí es sinceramente la que más me gusta de toda la paleta y que, además, no tiene sobrecoste.
- O ciertos detalles que evocan al pasado más glorioso de BMW M como la moldura en color dorado que recuerda a la franja negra que recorría la carrocería del BMW M1
- No podemos dejar de mencionar tampoco la zaga, no solo porque también incluye un elemento del pasado de BMW como es el logo en la luneta trasera provocando que la insignia desaparezca de la mitad del portón, sino porque cuenta con esta cuádruple salida de escape que denota su carácter deportivo y que suena así sino porque a mí el diseño me recuerda y mucho, al del casco de Iron Man, ¿no creéis?
Esto me suena
De puertas para dentro quizá sorprenda menos si estás familiarizado con los últimos productos de la marca y, más concretamente, con el iX (prueba) pues este XM ofrece el mismo estilo que el SUV 100% eléctrico. La BMW Curved Display preside el salpicadero, suprimiendo casi todos los botones físicos mientras que el BMW Operating System 8.0 ofrece una experiencia lo más cercana posible a la de un Smartphone por manejo y rapidez, aunque necesitarás tiempo para adecuarte dada la cantidad de iconos que ofrece y que, eso sí, puedes ordenar según tus preferencias.
“"Como buen BMW M cuenta con detalles específicos que enfatizan su deportividad"
Sin salir de las pantallas, el Head-up display proyectado en el parabrisas nos permite visualizar múltiples funciones para no apartar la vista de la carretera mientras que el cuadro digital puede personalizarse al gusto con la vista que queramos. Ahora bien, hablamos de un BMW M y por ello se guarda igualmente detalles específicos como:
- El volante, con los dos pulsadores M1 y M2 en rojo que nos permiten configurar el rendimiento a nuestro gusto para tener el coche perfecto.
- Los asientos, anchos y mullidos, con calefacción y masaje que, eso sí, tiene un diseño de lo más deportivo y recogen a la perfección nuestro contorno
- O el pomo del cambio, que se mantiene clásico a los últimos M y con el que incluso podemos desplazar la palanca para la marcha atrás y la directa, un detalle de lo más top
La vista al cielo
Lógicamente por calidad no hay nada que citar a nivel negativo mientras que la personalización alcanza niveles nunca vistos gracias a las diferentes combinaciones de color, como esta en marrón y azul que forma parte del departamento BMW Individual y cuesta 2.850 euros o el siempre excepcional equipo de sonido firmado por Bowers&Wilkins que tiene un coste de 5.067 euros. Pero no te asustes porque aunque hablemos de opcionales, este XM trae prácticamente todo de serie, incluyendo los cojines para los asientos traseros y que no son sino un elemento que denota que BMW ha pensado mucho en estos ocupantes. Una zona que no llega al nivel del i7 porque no tiene asientos reclinables, ni la Theater Screen pero que no queda lejos.
“"La zona trasera es una oda al confort y a la exclusividad en la que destaca el techo al estilo Rolls-Royce"
Porque por espacio es enorme, gracias entre otros a los 3,10 metros de batalla y segundo porque pese a no tener el equipo de cine trasero tenemos otro elemento que llama igualmente la atención: el techo y su contorno iluminado de lo más llamativo. Y es que BMW ha querido sorprender también en lo que vistosidad se refiere y nos ofrece un techo lo más parecido al de un Rolls Royce. Destaca por su diseño, con los ángulos vistos en el exterior así como con el mencionado sistema de iluminación ambiental para crear la atmósfera que se desee. De hecho, hasta los altavoces pueden retroiluminarse si queremos.
Para finalizar con el interior, hablamos del maletero, con una capacidad de 527 litros se sitúa igualmente entre medias del X5 y el X7. Sorprende también porque en vivo no parece tan grande aunque sí es muy regular en sus formas. La principal pega, que el umbral de carga está situado muy arriba y que los cables no se pueden guardar en ningún compartimento oculto, teniendo que llevarse en esta bolsa que ocupa mucho, pero tiene un diseño de lo más exclusivo. Por último, al abatir los respaldos traseros, contamos con una capacidad total de 1.820 litros.
Bestia parda
Una vez vistos todos los datos, vamos a lo más importante: la conducción. Porque aquí es donde entendemos por qué es el BMW más potente jamás fabricado. Bueno, en realidad es la versión Red Label que tiene una potencia total de 748 CV mientras que el que llevo entre manos se queda en unos más que escuetos 653 CV y que acompaña de un par máximo de 800 Nm.
Supone ser casi 30 CV más que los X5 y X6 M Competition que, eso sí, no necesitan de mucho entramado eléctrico para conseguir este rendimiento. Porque aunque no te lo haya dicho ya, supongo que has adivinado que este XM es un híbrido enchufable que combina el maravilloso V8 de BMW con 4,4 litros de cilindrada (el mismo que los Competition) de 489 CV con un motor eléctrico de 197 CV. En total, esos 653 CV que no solo le permiten acelerar de 0 a 100 km/h 4,3 segundos sino que le viene perfecto para mover las 2,8 toneladas de peso que registra y que se convierten en su gran hándicap.
No obstante, la sensación de agilidad es extrema y el empuje en línea recta es maravilloso e incluso en modo 100% eléctrico podemos ser bastante deportivos. Hablando de este modo, lo conseguimos gracias a la batería de 29,5 kWh de capacidad bruta de los cuales útiles son 25,7 kWh y con el que homologa oficialmente 81 km de autonomía. Un registro que es ciertamente veraz porque hemos conseguido recorrer 66 km, de los cuales el 60% han sido por autopista, escenario donde siempre se reduce el registro. En cuanto a la carga solo admite tomas en corriente alterna de 7,4 kW lo que se traduce en poco menos de 4 horas y media para tener el 100% mientras que en una doméstica tardarás entre 15 y 12 horas dependiendo de la carga.
Sobre raíles
Hasta aquí el entramado eléctrico pero… esto es un M, ¿no? Y como tal se comporta como un deportivo con el lastre de ese peso. Pero para ello se rodea de un amplio elenco de elementos como la dirección progresiva, la suspensión de dureza variable, las barras estabilizadoras activas y el eje trasero direccional. La guinda, un sistema de tracción total que permite hasta tres configuraciones, con una, el 4x4 Sport que prioriza el uso del eje trasero para recibir la fuerza. Luego suma uno 4x4 Sand que está pensado para el off road pero… ¿quién ha pensado esto?
“"Como buen BMW M de semejantes proporciones se rodea de un elenco dinámico a la altura"
Con todo, el XM se comporta de una manera extraordinaria en curva y solo el extra de peso o unos neumáticos que se nota que trabajan más de la cuenta, hacen que pensemos en que se siente sobrepasado. Para el final me quedo con el sonido porque al hablar de un phev tenemos, claro está, el motor de combustión y gracias a esas trompetas traseras y al sistema de escape deportivo, podemos tener la rumorosidad de un camión. Y cuando queremos tranquilidad, ahí está Hans Zimmer para acompañarnos, como ocurre entre otros como el i4 M50 (prueba).
Por cierto, en lo que respecta al consumo, es difícil valorar algo cuando lo único que quieres es que suene como suena. Pero si haces una conducción eficiente podrás ver en el ordenador unos 2 l/100 km de gasolina y algo más de 30 kWh/100 km cuando estamos en eléctrico. Si a partir de ahí no queremos volver a cargarlo, algo que no es recomendable, gastaremos lo que nuestro pie derecho quiere que gastemos. Además, tenemos el programa eControl que nos permite cargar la batería en marcha.
En definitiva
Ilógico, descomunal, sin sentido, mastodóntico… este XM puede ser calificado negativamente en muchos aspectos pero la realidad es que es una declaración de intenciones y, sobre todo, un capricho del departamento BMW M que en sus 50 años de vida (sí, echamos en falta el logo conmemorativo) solo ha creado el M1 y este XM. Pero cuando uno se hace un auto regalo el resultado puede ser algo parecido a esto.
No hay nadie como él y eso es algo que ya pone en buena cuenta a BMW. Ahora bien, optar por él será un trabajo de concienciación, no medioambiental, sino económica, porque la firma bávara te pide 179.700 euros para empezar a hablar y aunque ya te hemos dicho que no hay muchas opciones, las que suma este hacen que la cuenta se eleve a los 197.351 euros. En el caso de que no tengas suficiente, siempre puedes preparar los 201.500 euros del Red Label que sube otro punto la exclusividad.
Dejando el tema monetario a un lado y quizá el estético (aunque a mí me tiene cautivado), lo cierto es que este XM sorprende por agilidad y por eficiencia eléctrica con esos casi 70 km que le hemos medido. Lo malo, el peso y el excesivo consumo que tenemos cuando se agota la batería. Con todo, lanzo la pregunta al final, ¿es lógico que un coche como este tenga la etiqueta CERO? Para la DGT de momento sí aunque esto podría cambiar más pronto que tarde.
Galería de imágenes del BMW XM
Un comentario
- Karam, muy buen video y prueba.
Por mi parte la pegatina cero, en un hibrido enchufable, si es posible, siempre y cuando, tengan estos automoviles un sistema que haga que puedan entrar en ciudad, siempre que vayan con la bateria cargada.
Lo que no me ha gustado es que no regenere electricidad, cuando frene o cuando retenga.
Este coche es una maravilla del pasado.
Sera una maravilla del presente, cuando sea 100% electrico.
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galan
16/12/2023