VÍDEO| Prueba del BYD Dolphin Design: la China popular

Va a ser uno de los coches más exitosos de este 2024, estamos seguros. ¿Por qué somos tan contundentes? Porque reúne las tres premisas que todo el mundo está buscando ahora: eléctrico, chino y económico. Una descripción en la que también se puede colar el MG 4, más aún con la última rebaja establecida por el fabricante asiático pero ante él, este BYD Dolphin que nosotros hemos probado en profundidad en El Periódico de la Energía, puede salir victorioso en múltiples aspectos.

El primero de ellos, sin duda, el del precio, el cual no ha bajado demasiado desde que lo condujimos a finales de 2023. Con todo es posible actualmente hacerse con un BYD Dolphin por menos de 22.000 euros aplicando todos los descuentos, subvenciones gubernamentales y deducciones de IRPF. Pero es que además el acabado Design que es el que ha protagonizado este vídeo en nuestro canal, con un equipamiento en el que apenas hay fisuras, puede ser tuyo por menos de 25.000 euros, barrera que es, precisamente la que ahora muchos fabricantes europeos están intentando franquear.

Discreto pero pintón

Dado que ya analizamos en profundidad  algunos detalles cuando estuvimos en su presentación, simplemente vamos a repasar los puntos más importantes del BYD Dolphin. Con un diseño exterior quizá tirando a sobrio y poco sugerente, lo más atractivo es que en ambos acabados haya llantas de 17 pulgadas y que la personalización sea bastante elevada gracias en parte a las combinaciones de colores o a los vinilos bicolor disponibles.

De puertas para dentro es quizá donde más llama la atención, no solo porque los detalles de la línea estética Ocean sean más visibles, encontrándolos por ejemplo en los tiradores de las puertas, el túnel central o la parte alta del salpicadero que simulan, respectivamente, las aletas, la espina dorsal y la piel de un delfín, mamífero del que toma su nombre.

Decimos esto porque este Dolphin destaca por calidad, dejando atrás el estereotipo que ha perseguido a los coches chinos y que, de hecho, está mejor rematado que algunos rivales europeos. Estéticamente es similar al Atto 3 (contacto), sobresaliendo la ya característica pantalla central de 12,8 pulgadas giratoria y que se convierte en el cerebro de operaciones del coche. Eso sí, pese a esta fuerte digitalización bajo la misma aparece una tira de comandos físicos que facilita el acceso a algunas funciones e incluso incrusta el propio selector del cambio. Resulta tan atractiva como poco ergonómica pues no hay que pulsar el comando sino girarlo hacia arriba o abajo para seleccionarlo y en marcha resulta algo engorroso.

Donde hemos vuelto a sorprendernos es en la habitabilidad trasera. Con una capacidad para cinco ocupantes, dispone de asientos deportivos delanteros, con un diseño ergonómico, realizados en cuero vegano y con calefacción y ajuste eléctrico en el caso de este acabado Design. Por su parte, los asientos traseros ofrecen un amplio espacio para las piernas, mientras que la cabeza cuenta con un hueco que permite a un usuario de 1,79 metros colocarse sin problemas. En cuanto al maletero, los 345 litros son más que suficientes para cualquier tipo de trayecto a lo que suma la posibilidad de colocar el piso en dos posiciones o de llegar a los 1.310 litros cuando ambos respaldos están abatidos. Eso sí, para guardar los cables de carga es necesario ocupar espacio en dicha zona**.**

Para donde quieras

BYD ha decidido empezar la casa por el tejado con este Dolphin ya que de momento se comercializa con el motor más potente de toda la gama: el de 204 CV lo que le permite rivalizar con modelos como el VW ID.3, el Nissan Leaf o el CUPRA Born (prueba) e incluso con el propio MG 4 que, eso sí, ofrece más alternativas a día de hoy. No obstante, la estrategia del Dolphin es precisamente esa, que en este 2024 se amplíe la gama con versiones más razonables, de 95 y 150 CV con niveles de batería incluso más bajos, de 44,9 kWh.

Porque en este aspecto el Dolphin también tira por lo alto y equipa la también conocida Blade Battery de 60 kWh, permitiéndole homologar una autonomía de 427 km que, en conducción real se quedará en torno a los 400 km si decidimos agotar la batería. Podrá cargarse en tomas de 88 kW en corriente continua y 11 kW en alterna que si bien es una potencia inferior a la de los competidores antes relatados, la realidad es que mantiene una curva constante de carga y en menos de 40 minutos tenemos el 80% lleno. Además, como en el resto de BYD, cuenta con la tecnología V2L bidireccional para convertir al Dolphin en un conector y así poder suministrar energía a otros sistemas externos o, incluso, cargar otros coches eléctricos (dando hasta 3,7 kW).

Entrando en detalle, el Dolphin satisface nuestras necesidades en todo, por empuje mecánico pero sobre todo por consumo, y no solo porque no subas de los 16,9 kWh/100 km sino porque independientemente de si hace frío o calor, la efectiva bomba de calor que monta de serie nos permite mantener siempre un rango de autonomía real, logrando esos casi 400 km en conducción real que serán algo más de 500 km en ciudad. Quizá le echamos en falta que tena un sistema de regeneración de la frenada más efectivo porque los modos Standard y High que se activan mediante la tira no llegan a conseguir una conducción de un solo pedal.

En lo que respecta a la dinámica, el Dolphin sorprende y muy para bien. El coche tiende a ser confortable, con una suspensión blandita y una dirección que, como ocurre en el Atto 3 apenas transmite información. La capacidad de aceleración es muy buena (registra 7 segundos en el 0 a 100 km/h) porque una de las ventajas es que el Dolphin apenas excede el peso de un turismo de combustión, cifrando 1.658 kilos en el caso de la versión  más equipada, es decir, como un CUPRA León (prueba) de combustión. También me ha sorprendido el radio de giro, pues en una baldosa el Dolphin es capaz de colocarse sin problemas, algo que será de gran utilidad en entorno urbano.

En definitiva

BYD no solo se ha convertido en el mayor fabricante de coches electrificados del mundo sino que persigue el ambicioso objetivo de ser el líder absoluto en coches cero emisiones, para lo cual ya se ha acercado y mucho a Tesla en este 2023. A todo ello se suma su compromiso con el Viejo Continente donde se convertirá en la primera marca china en estrenar una factoría en suelo europeo, concretamente en Hungría. No sabemos mucho todavía pero teniendo en cuenta que este Dolphin es el perfecto representante de esa electromovilidad asequible, no es descabellado pensar que se traslade parte de su producción allí.  Dicho esto, repetimos que el Dolphin puede ser un auténtico éxito, más aún que el Atto 3 pese a no ser un SUV. Solo falla, para mí en diseño, pero es evidente que entrará por los ojos tanto por personalización como por precio.

Galería de fotos del BYD Dolphin Design