La electrificación del sector del automóvil es imparable, más desde que la Unión Europea ratificó su intención de que en 2035 se dejen de vender modelos de combustión. Un camino que muchos fabricantes ya han comenzado y que en este 2023 puede que eclosione en muchos aspectos. Tanto es así que durante los ya casi 9 meses restantes que quedan se espera que la curva de aceleración de la movilidad eléctrica en Europa siga creciendo de manera exponencial según los datos recogidos por Juice Technology, multinacional especializada en soluciones de recarga para vehículos eléctricos.
Un despliegue que, no obstante, no será uniforme en todos los países de la Unión Europea si tenemos en cuenta el análisis Energy Insight realizado por Cepsa. Porque si bien el ritmo de crecimiento tanto de los coches eléctricos como de los puntos de carga es favorable, todavía está lejos de los objetivos marcados por el Plan Estratégico del Gobierno que establece que para este 2023 estén circulando 250.000 vehículos 100% eléctricos.
Un hecho que parece complicado teniendo en cuenta que si bien las ventas de este tipo de coches aumentaron en un 20% en 2022, su cuota de mercado está muy lejos comparada con las de los países vecinos. Hablamos de aproximadamente un 4% en nuestro territorio frente al 11% de Portugal, el 14% de Francia, el 18% de Alemania y a años luz del 80% de la cuota noruega. Un crecimiento que se queda incluso en anecdótico frente al 100% que aumentó en Alemania y Francia.
En el caso de EEUU, hasta ahora se había mantenido por detrás de Europa en cuanto a movilidad eléctrica. Sin embargo, las cifras actuales indican que el número de vehículos eléctricos se ha disparado en el país en los últimos años. La previsión es que el país alcanzará una cuota de vehículos eléctricos de alrededor del 40% en 2025. Paralelamente**,** China se convertirá en uno de los mayores mercados y países exportadores de vehículos eléctricos y, por tanto, incentivará a su propia industria para que aumente aún más rápido la innovación y la producción de vehículos eléctricos y baterías.
La clave: más puntos de carga
Más preocupante aún es la situación de la infraestructura de carga. Si bien España consiguió en 2022 meterse en el top 5 de países europeos, los objetivos de tener 110.000 cargadores para final de año parecen complicados. A ello se suman dos factores también clave, la poca disponibilidad que hay cada 100 km en comparación con otros territorios y la potencia de los mismos. Según el informe de Cepsa en España hay actualmente 1,6 puntos de carga por cada 100 km frente a los más de 15 que hay en Portugal, Países Bajos y Alemania.
Algo similar apuntan desde Juice Technology al asegurar que el desarrollo de la infraestructura de recarga “continúa siendo desigual”. En los países nórdicos, en Países Bajos y Alemania, por ejemplo, ya ha habido grandes avances en la instalación mientras que otros países como España, Italia o Grecia aún continúan a la cola en cuanto al desarrollo de esta infraestructura de recarga, lo que inevitablemente también trae consigo reticencias a la hora de adquirir un vehículo eléctrico por parte de los usuarios. No obstante, la previsión es que la red continúe creciendo en estos países y que se produzca una aceleración importante ya en este 2023, auspiciado tanto por el crecimiento de la red pública como por el desarrollo de puntos de recarga a nivel doméstico y privado.
Retos para 2023
Si nos centramos en los objetivos para este 2023 Europa acometerá nuevas iniciativas de gran alcance en los próximos meses para mantener la competitividad de la industria europea frente a la china y estadounidense. Y esto aplicará no solo al caso de los turismos, sino también, y cada vez más, al de los vehículos industriales, autobuses y camiones. A ello contribuirán las inversiones de los diferentes países miembro como puedan ser los 2.500 millones de euros en ayudas al desarrollo de infraestructuras de recarga en Alemania, la posibilidad de depreciar el 75% de los costes de la inversión del punto de carga en Países Bajos, la subvención del 1.000 euros en la compra de un coche eléctrico en Francia o del 50% no reembolsable a los operadores que inviertan en puntos de recarga rápida en Portugal.
En España se pretende acelerar y simplificar los trámites administrativos para la puesta en marcha de puntos de recarga eléctrica a través de puntos de contacto únicos, especialmente a los solicitantes de ayudas del Plan MOVES; otorgar un acceso a la red eléctrica prioritario para proyectos de infraestructura de recarga en media tensión; aumentar las ventas ayudando a la renovación del envejecido parque de vehículos o destinar los fondos del PERTE VEC para acelerar la transformación de la industria fabricante de vehículos en España, entre otros.
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