Eléctricas

¿Quién mece la cuna en la posible reapertura de Garoña?

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En pleno debate sobre si la central nuclear de Garoña (Burgos) debe volver a operar en el futuro o permanecer cerrada, algo que deberían decidir únicamente los técnicos, todo el mundo comienza a tomar parte en el asunto.

Estos días han sorprendido dos declaraciones del presidente de Iberdrola, Ignacio Sánchez Galán, totalmente inesperadas. La primera de ellas, en la Cadena Ser, en máxima audiencia a las 9.30 de la mañana con Pepa Bueno, Galán aseguró que las centrales nucleares no son viables económicamente, y que esa es la causa por la que se están cerrando plantas atómicas por el mundo.

La segunda declaración ha sido conocida este lunes. Se produjo la semana pasada. Galán se sentó ante el sindicato ELA, con mucha fuerza en el País Vasco, y les dijo que Garoña no se iba a reabrir por motivos económicos. ¿Por qué hace estas declaraciones el presidente de Iberdrola? ¿Por qué ahora?

A decir verdad, tampoco es que se estén cerrando muchas centrales nucleares. Otra cosa es que no salgan las cuentas para construir nueva nuclear porque es excesivamente cara. Ni se lo imaginan.

Ante esta imposibilidad de construir nuevas centrales, los países que tienen plantas operativas debaten ahora sobre qué hacer con ellas. Cerrarlas al cumplir los 40 años de vida, o alargar el tiempo en operación hasta los 50 ó 60 años. Algunas centrales ya operan en el mundo con más de 45 años.

Intereses cruzados

Esto es lo que sucede en España con Garoña. La central burgalesa lleva cerrada casi dos años y medio por lo que no se puede decir que "nadie ha pedido el cierre de Garoña" cuando la central está cerrada, eso para empezar, señor Soria. Eso no se va a pedir nunca.  Otra cosa es que Nuclenor, la empresa propietaria de la central, comunique al Ministerio que no la va a reabrir decida lo que decida el Consejo de Seguridad Nuclear. Cosa que de momento no ha sucedido, por mucho que el presidente de Iberdrola se lo haya comunicado a un sindicato, que tiene fuerza en el País Vasco, tierra de origen de Iberdrola, pero que no tiene representación alguna en Nuclenor y la central nuclear de Garoña.

¿Se ha adelantado Galán a los acontecimientos? ¿Qué verdadero interés hay en Iberdrola detrás de las declaraciones de su presidente? ¿Se está entrando en juego político? ¿O realmente no es rentable reabrir Garoña?

Son muchas las incógnitas. El caso es que detrás de la reapertura de Garoña hay un tablero de ajedrez donde todos quieren tener una buena posición de cara a la recta final de la partida. Supuestamente, el CSN tomará una decisión a finales de año.

Existen tres actores principales. Uno, Nuclenor, las empresas Endesa e Iberdrola. Dos, los partidos políticos y distintas administraciones, con clarísimas posturas por unos y otros, y tres, el CSN.

La decisión será empresarial se vea por donde se vea. Si las empresas no quieren reabrirla, no se hará. Eso sí, para hacerlo necesitarán el visto bueno del CSN y del Gobierno de turno.

A día de hoy las empresas sí quieren reabrirla. O eso dijo Nuclenor antes incluso de que se cerrara en 2013. Y de momento nadie ha comunicado lo contrario. Es por ello, que el Gobierno mandó al CSN la propuesta y dos años y medio después se sigue sin saber qué se va a hacer. Demasiadas manos meciendo una sola cuna.

detrás de la reapertura de Garoña hay un tablero de ajedrez donde todos quieren tener una buena posición de cara a la recta final de la partida

Las empresas solo tienen una razón por la que quieran reabrir Garoña, la económica. El resto ya son otros intereses a los que hasta ahora no se prestaban las compañías. Reabrir Garoña supone una inversión económica importante. Algunos hablan de cientos de millones de euros para que se adapte a la nueva normativa de seguridad. Es de las primeras que se hicieron (del estilo Fukushima) y por tanto necesita una inversión fuerte que podría hacer inviable la operación.

Pero si finalmente se decide reabrir Garoña no será por esta central, sino por el resto de reactores nucleares activos en España, los cuales son más modernos y no necesitan de tanta inversión por lo que sería más factible alargar la vida de los mismos.

Debate político

El debate sobre el futuro de la nuclear en general, y de Garoña en particular, se ha endurecido por parte de los partidos políticos en los últimos meses. Es lo que tienen las elecciones. La mayoría del actual Congreso (vamos a ver si se mantiene la cámara o se disuelve para nuevos comicios) está en contra de reabrir Garoña. Un gobierno de izquierdas solo abriría el candado para desmantelar la central. Y luego lo echaría en el resto de centrales cuando cumpliesen los 40.

Cerrar las nucleares, una decisión que podría atraer muchas y malas consecuencias si no se hace con cabeza. De momento, la nuclear es más que necesaria en España. Y lo seguirá siendo durante al menos otros cinco años.

Si se pretende ir cerrando las centrales poco a poco es necesario hacer una planificación estratégica a medio y largo plazo, algo que ningún partido político se ha atrevido a hacer. Sustituir el parque nuclear solo con renovables es peligroso para el sistema eléctrico porque hay que dar respaldo a las energías limpias, y en tiempos donde los combustibles fósiles son los que tienden a desaparecer, prescindir también de la nuclear sería hasta ostentoso.

Más preocupados en Euskadoi

Cabe destacar la posición de algunas administraciones como la vasca sobre la central de Garoña. Es cierto que está cerca de suelo vasco, pero se escucha más a las formaciones políticas vascas que a los de las mismas siglas de Castilla y León, comunidad donde está situada la central de Garoña. ¿Se está metiendo presión a Iberdrola, la gran empresa vasca por excelencia?

Tanto PSOE como Ciudadanos, Podemos, IU, y todo el espectro político a excepción del PP quieren seguir viendo Garoña cerrada.

Mientras tanto, el CSN trabaja para dar el informe definitivo. ¿Cuándo? No hay fecha, pero se espera a finales de año que se pronuncie al respecto del futuro de la central. Los partidos políticos presionan. PP y PSOE están dentro del CSN, con mayoría para los populares. El resto quieren meter la cabeza, pero de momento tendrán que esperar.

Si se despolitizara el CSN sería otra cosa. Por lo menos, sería más fiable. Siempre va a estar la sospecha de la mano de los partidos en la toma de decisiones de los técnicos del Consejo. Por mucho que quieran ir de independientes, no lo son. Y lo saben. Al menos saben a lo que juegan.

Otros, los consumidores, perplejos ante tanto movimiento de piezas en el tablero, solo les queda esperar y rezar para que no les suba más la luz, que bastante tienen con lo que tienen.

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