El Gobierno de Rumanía ha insistido en que tendrá que mantener abiertas sus centrales eléctricas de carbón más allá de enero de 2026 si quiere asegurar el suministro y ha argumentado que el reciente apagón en la península ibérica muestra la vulnerabilidad del sistema.
"Todos hemos visto lo ocurrido recientemente en España. Rumanía no puede aceptar la vulnerabilidad de su sistema energético nacional, sobre todo porque el cierre del Complejo Energético de Oltenia (el mayor productor de electricidad por quema de carbón no solucionaría prácticamente nada", aseguró ayer el ministro de Energía, Sebastian Burduja, y publican este miércoles varios medios locales.
Burduja dijo que ha comunicado ya a la Comisión Europea que el país no podrá cumplir su compromiso de cerrar en 2026 las centrales eléctricas de carbón ya que, de hacerlo, se pondría en riesgo la seguridad energética.
"Tendríamos que recurrir a más importaciones, de Serbia, de Bulgaria..., y la energía producida allí también se basa en el carbón. Y además es muy cara", indicó Burduja.
El cierre de los 1.755 MW de capacidad de generación a partir del carbón, previsto en el Plan Nacional de Recuperación y Resiliencia de Rumanía (PNRR), "no es viable en ausencia de alternativas sólidas", resumió el responsable rumano.
"La seguridad energética de Rumanía es innegociable. Destaqué que, sin nueva capacidad de generación en la red, esta medida haría vulnerable el sistema energético nacional, especialmente durante el invierno", reconoció.
El carbón para Rumanía
En los últimos dos años Rumanía ha recibido de la Unión Europea aproximadamente 14.000 millones de euros en financiación no reembolsable para su transición verde, señaló el ministro en una nota en redes sociales.
Gran parte de esta financiación, aclaró, se ha invertido en la producción de energía limpia.
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