Rusia transfirió la primera carga de combustible a la primera unidad de la central nuclear bangladesí de Rooppur, en el oeste del país, en una ceremonia por videoconferencia en la que participaron el jefe del Kremlin, Vladímir Putin, y la primera ministra de Bangladesh, Sheikh Hasina.
"Este proyecto emblemático responde a los intereses de los dos países, contribuye a una mayor profundización de la cooperación mutuamente beneficiosa y, por supuesto, supone una contribución real y significativa al desarrollo económico y al fortalecimiento de la seguridad energética" de Bangladesh, dijo Putin.
El mandatario recordó que Bangladesh "es un país amigo y buen socio desde hace tiempo" y que Moscú fue de las primeras capitales en reconocer la independencia de la república.
Además, Rusia "participó activamente en el desarrollo de su economía y ayudó a construir grandes instalaciones industriales y energéticas que siguen beneficiando al pueblo de Bangladés", afirmó.
La energía nuclear en Bangladesh
Hasina agradeció, por su parte, al Gobierno ruso y a Putin por el proyecto, al recordar que el fundador de Bangladesh, Sheikh Mujibur Rahman, quería construir una central nuclear con la ayuda de Rusia.
"Hoy Bangladesh está avanzando hacia el futuro, hemos entrado en la era nuclear", señaló la primera ministra bangladesí, tras recibir el certificado de la entrega del combustible nuclear ruso en Dacca.
En la ceremonia también participaron el director general del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), Rafael Grossi; el director general de Rosatom, Alexéi Lijachov; el ministro de Ciencia y Tecnología bangladesí, Yefesh Osmán, y los directos bangladesí y ruso encargados de supervisar la construcción de la planta.
El material fue transportado con ayuda de una "operación especial" en la que intervino el Ejército bangladesí, según explicó a la prensa rusa en Rooppur el vicepresidente y director para la construcción de la central de Atomstroiexport, Alexéi Deri.
La construcción de la central la efectúa desde 2013 la corporación estatal rusa Rosatom tras un acuerdo intergubernamental firmado en 2011, por un coste total de 12.650 millones de dólares, con un crédito del 90 % y asistencia técnica por parte de Moscú.
La planta constará de dos unidades con una capacidad total de 2.400 megavatios, la primera de las cuales se espera que entre en funcionamiento en 2024 tras un retraso de un año, y la segunda en 2025.
Rusia espera que la planta pueda satisfacer alrededor del 10% del consumo de energía de Bangladesh, reduciendo así su dependencia casi total de la generación de carbón y gas, lo que optimizará el balance energético nacional.
Bangladesh se ha visto afectado por numerosos problemas energéticos, llegando incluso a decretar el cierre el pasado julio de todas las centrales eléctricas que funcionan con diésel para hacer frente al alto precio de este combustible en el mercado mundial.
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