Este jueves se celebró, con cierta celeridad, la toma de posesión de la nueva ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera. Se abre una nueva etapa en la política energética española, y tal y como sucede en los equipos de fútbol cuando llega un entrenador nuevo, los jugadores, en este caso las empresas del sector, tienen las ilusiones renovadas.
"Menos mal que se ha ido Nadal y ha llegado Teresa", espetaba un directivo ayer en la presentación. La salida de Álvaro Nadal ha sido un alivio para casi todo el sector. Las renovables, las eléctricas, quién más y quién menos se le ha removido el estómago. "Parece que esto puede comenzar a andar", decía otro.
Se respiraba otro aire en el ambiente. Había de nuevo ilusión en la cara de los presentes en el acto. Y sobre todo en la nueva ministra. Una ilusión por querer hacer cosas. De comenzar a caminar de verdad la transición, ecológica, energética o como quieran llamarla.
https://elperiodicodelaenergia.com/nadal-el-unico-ausente-en-la-toma-de-posesion-de-la-ministra-ribera/
La política energética española lleva tres años prácticamente paralizada. El año que estuvo el país parado con un gobierno en funciones, y los dos que ha estado Álvaro Nadal. El bagaje de Nadal ha sido escaso. También es cierto que ha sido más complicado al no tener mayoría y además enfrentarse continuamente con el sector y con la oposición política. Pocos amigos ha dejado Nadal.
El nuevo bono social, el cierre de Garoña y las subastas de renovables es lo más significativo del legado Nadal. El resto de cosas, intenciones. Se han quedado ahí, en el tintero. El escenario business as usual en el que se manejaba Nadal no ha calado finalmente en el sector. La parálisis, el afán porque se quedara todo como estaba al final se le ha venido en contra al exministro.
Ahora llega Ribera. Arropada por todo el sector. No como Nadal. Es su turno, es la gran oportunidad de Teresa Ribera para que España siga la senda de la transición, del cambio. Dice que va a llevar varias décadas en producirse , pero sabe que España ya está llegando tarde. Muchos países del entorno nos sacan ventaja y las empresas aunque llevan años preparándose para el cambio, solo hay que ver las nuevas estrategias de petroleras, eléctricas y gasistas y los movimientos que ha habido en el sector, necesitan de un empujón regulatorio que sea claro y fiable. En definitiva, seguridad jurídica. Necesitan tener un rumbo hacia donde dirigirse y eso lo tiene que hacer la nueva ministra.
https://elperiodicodelaenergia.com/teresa-ribera-hay-que-cambiar-la-agenda-energetica-pero-generando-confianza-en-los-sectores-vulnerables/
Si se ha llamado Transición Ecológica el ministerio es por algo. La intención de Ribera es llevar a cabo la transición. Ahora falta por ver como el PSOE con 84 escaños es capaz de llevar a cabo sus planes. Ribera sabe que puede hacer muchas cosas. Y que además pueden marcar un antes y un después en la política energética española. Por un lado, el cierre progresivo del carbón y dar una solución justa a los afectados. Por otro, el futuro de la nuclear. El próximo año hay que tomar una decisión con Almaraz. O también la eliminación del impuesto al sol.
Además, y probablemente lo más importante, es que será la encargada de enviar a Bruselas el Plan Nacional de Energía y Clima. Un plan que dista mucho de lo que pretendía hacer Álvaro Nadal. Un ministro que prefirió no hacer nada a la espera de lo que dijera Bruselas que en estos momentos está cerca de alcanzar un acuerdo para las nuevas directivas de renovables y eficiencia energética.
Hasta ahora España, con la bandera Nadaliana, se ha colocado, junto a Polonia, en las posiciones más duras para no aprobar unos objetivos climáticos mayores. Pero Ribera va a apostar por sentarse junto a otros países como Alemania o Francia. Dentro de pocos días dará un giro de 180 grados y se verán las intenciones de España, y de la nueva ministra, de hacia dónde quiere llegar en 2030 y 2050.
Fijar el rumbo y navegar hacia él viento en popa es lo que necesita el sector. Y también diálogo, mucho diálogo. Comunicación, es la única manera de llegar al entendimiento. Después de años de continuas desavenencias con Nadal, ahora tiene que salir el talante socialista por algún lado, o eso espera el sector.
En definitiva, llevar a cabo los grandes cambios y prepararse para el futuro. ¿Hay reto más bonito? Probablemente no. Como dijo Ribera al finalizar su discurso: empecemos.
Deja tu comentario
Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Todos los campos son obligatorios