El conocido como "suplemento del gas", que el Gobierno alemán planeaba introducir para paliar las pérdidas del sector debido al corte del suministro de gas ruso, está enfrentando a los socios de la coalición y podría ser retirado, según informan este domingo varios medios.
La medida, que debía entrar en vigor el 1 de octubre y suponía encarecer el precio del gas para los consumidores en 2,4 céntimos por kilovatio hora, es un proyecto del ministro de Economía y vicecanciller, el verde Robert Habeck, que hasta hace poco contaba con el consenso del resto del gabinete.
Sin embargo, la decisión de nacionalizar la empresa Uniper, la principal importadora de gas de Alemania, para preservarla de la quiebra, ha contribuido a sembrar dudas sobre el sentido del proyecto de ley y ha llevado a que éste ahora se tambalee.
El ministro de Finanzas, el liberal Christian Lindner, manifestó hoy en declaraciones al dominical del tabloide Bild que se cuestiona "el sentido económico" de la medida, a la que siguió la decisión de reducir el IVA del gas del 19 al 7 % para compensar la subida de cara a los consumidores.
"Tenemos un suplemento del gas que sube el precio. Pero necesitamos un tope al precio del gas, que rebaje el precio", agregó el líder del partido liberal, con el argumento de que las ayudas para los sectores de la sociedad más afectados por la crisis energética todavía tardarán en estar listas.
Conflicto entre verdes y liberales
Según el semanario Der Spiegel, la cuestión ha recrudecido el "conflicto permanente" existente entre Habeck y Lindner, con visiones contrapuestas en muchos aspectos de la gestión de la crisis energética, y entre los que Olaf Scholz, el canciller socialdemócrata, trata de mantener una postura equidistante.
No obstante, el propio Habeck duda de la legalidad de un suplemento diseñado para compensar las pérdidas de las compañías de gas, con Uniper a la cabeza, después de que ésta haya sido nacionalizada, según los medios.
Así, habría propuesto al gabinete otras alternativas como ayudas económicas directas o asumir los costes adicionales de los importadores de gas, lo que tendría un coste de varias decenas de miles de millones de euros.
El corte de gas por parte de Moscú obligó a los importadores alemanes a comprar a proveedores alternativos y a precios más elevados, lo que los ha sumido en dificultades financieras.
Entretanto, el Gobierno hizo públicos por primera vez este domingo cuáles serían los costes de imponer un tope a los precios del gas y de la electricidad, un paso que ha sido anticipado por el canciller y que cuenta con el apoyo de los tres socios de coalición.
Según declaraciones del Ministerio de Economía al grupo de medios RedaktionsNetzwerk Deutschland (RND), reducir el precio del gas de cara al consumidor en un céntimo por kilovatio/hora costaría al Estado 2.500 millones de euros.
En el caso de la electricidad la misma bajada supondría 1.300 millones de euros.
Miguel
26/09/2022