Ningún comentario La Comisión Europea presenta esta semana sus planes para aumentar su competitividad industrial, mejorar el acceso a materias primas críticas y reformar su mercado eléctrico para que la Unión Europea compita con Estados Unidos y China en la carrera tecnológica de la nueva economía de emisiones cero.
Los planes de Bruselas se darán a conocer después de que la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, y el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, anunciaran el viernes que empezarán a negociar un pacto comercial para favorecer a las empresas europeas que fabrican vehículos eléctricos y establecerán un "diálogo transparente" sobre los subsidios que ambas partes están dando para energías verdes.
Von der Leyen consideró la reunión "constructiva" y señaló que lograron encontrar soluciones a las tensiones que han marcado la relación transatlántica en los últimos meses tras la aprobación en EE.UU. de la llamada Ley de Reducción de la Inflación (IRA, en inglés).
Los planes de EEUU, China y Japón
Esa ley de Washington, con sus 340.000 millones de euros en subsidios verdes a la producción local, fue el detonante del plan industrial con el que Bruselas quiere evitar que las empresas abandonen la UE atraídas por los masivas ayudas y la energía más barata que pueden ofrecer otras potencias a un sector en crecimiento.
Con China planeando invertir 260.000 millones de euros en el próximo lustro y Japón otros 140.000 millones, las primeras estimaciones apuntan a que la UE debería movilizar al menos 350.000 millones para el sector.
La respuesta más inmediata ha sido la relajación de las normas de ayudas públicas adoptada el jueves, que permitirá a los gobiernos europeos igualar las ayudas que Washington ofrece a tecnologías limpias con el objetivo de evitar la fuga de empresas a suelo estadounidense.
Será posible hasta final de 2025 como parte de la estrategia para no perder la carrera en la fabricación de productos esenciales para la transición verde como baterías, paneles solares, turbinas eólicas, bombas de calor o electrolizadores.
Industria verde
La UE entra así en una carrera de subsidios en un mercado cuyo valor se triplicará hasta los 600.000 millones de euros en 2030, según los cálculos de Bruselas, que el martes presentará una Ley de Industria de Emisiones Cero para fijar objetivos de producción de aquí a final de la década.
"Planeamos aumentar nuestra capacidad, exportaciones y empleos en las tecnologías limpias", ha dicho el comisario de Industria, Thierry Breton, recordando que la UE corre el riesgo de acabar importando productos como los vehículos eléctricos, donde ahora lleva la delantera.
Bruselas quiere acelerar la concesión de permisos, fijando plazos estrictos para las administraciones y creando ventanillas únicas para reducir la burocracia, especialmente para proyectos considerados estratégicos, y prevé crear academias para formar a profesionales del sector.
Materias primas raras
La medida se complementará con una Ley de Materias Primas Críticas para reducir la dependencia de terceros para obtener unos elementos imprescindibles en la producción tecnológica.
Actualmente, la UE importa el 98 % de las tierras raras que consume de China, el 98 % del borato de Turquía, el 78 % del litio de Chile, y más del 70 % del platino y otros metales de Sudáfrica, entre otras.
Para paliar la situación, Bruselas prevé fijar objetivos de extracción, refinado y reciclado en la UE de las materias críticas, reducir a la mitad el tiempo de espera para obtener permisos de extracción, y coordinar las reservas existentes para prevenir futuras crisis.
La Comisión buscará además diversificar las fuentes de suministros, creando nuevas alianzas con países fiables. En ese contexto se enmarca la visita de la presidenta de la Comisión, Margrethe Vestager, esta semana a Chile, Colombia y Brasil, así como los encuentros mantenidos en Canadá por la jefa del Ejecutivo comunitario.
Mercado eléctrico
La energía es más cara en la UE que en EEUU, país con grandes reservas de petróleo y gas, lo que supone un lastre añadido para la competitividad industrial.
Por eso la Comisión presentará el jueves una propuesta para reformar el mercado eléctrico que, según borradores consultados por EFE, pretende incentivar contratos fijos a largo plazo entre productores y consumidores.
Se busca evitar episodios de volatilidad de precios como los de 2022 y garantizar rentabilidad a las empresas que inviertan en renovables para que estas fuentes sigan desplazando al gas y la electricidad se abarate.
El papel de la energía nuclear en ese esquema será uno de los puntos controvertidos, con Francia como adalid de la electricidad atómica y Alemania y España en contra.
El ritmo y la profundidad de la reforma también generará debate. El objetivo es que esté aprobada en un año, pero Berlín ha sugerido hacer unos pequeños ajustes ahora y acometer la reestructuración de calado tras las elecciones al Parlamento Europeo de 2024.
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