Más de tres cuartas partes de las emisiones de gases de efecto invernadero, según el IPCC, proceden de las compañías del petróleo y gas, pero no todas son igual de sucias. Solo más de un tercio de éstas están vinculadas a ocho empresas: Saudi Aramco, Gazprom, National Iranian Oil, ExxonMobil, Pemex, BP, PetroChina y Royal Dutch Shell.
CDP (antes conocida como Carbon Disclosure Project), una organización independiente sin ánimo de lucro que nace de una iniciativa del sector financiero y que ofrece información para los inversores incorporando el cambio climático como un factor estratégico, ha recabado los datos históricos de las emisiones de CO2 de los 50 mayores productores de petróleo y gas del mundo. Y los datos son sorprendentes.
Una de las conclusiones es que este conjunto de datos pone de relieve el papel central que estas grandes compañías pueden desempeñar para conducir al planeta hacia una transición energética, desde los combustibles fósiles hasta una economía baja en carbono.
Otra es que la proporción de producción de gas está aumentando, pero la intensidad de emisiones del producto sigue siendo el doble de la cantidad necesaria para evitar un cambio climático peligroso. Y más aún. Más de la mitad de los gases de efecto invernadero emitidos por el petróleo y el gas desde la revolución industrial se han producido después de que el mundo reconoció oficialmente el cambio climático antropogénico.
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