La directora del Insituto de Desarrollo Sostenible y Relaciones Internacionales (IDDRI), Teresa Ribera, considera que el papel de Europa sigue siendo clave para el cumplir el Acuerdo de París, para lo cual "no es posible rebajar la propuesta de la Comisión sobre los objetivos europeos a 2030".
Lo asegura la ex secretaria de Estado de Cambio Climático en una tribuna para las Firmas de EFE, que hoy se distribuye con ocasión del inicio de la Conferencia de las Partes de la Convención Marco de Naciones Unidas sobre Cambio Climático, Cop23 Fiji-Bonn.
Ribera recuerda que la Organización Meteorológica Mundial acaba de confirmar un aumento récord de la concentración de gases de efecto invernadero en la atmósfera en 2016.
Añade que en 2017 el planeta se ha visto afectado por la creciente virulencia del cambio ya acumulado: olas de calor y sequías persistentes que han puesto en riesgo cosechas y acceso al agua y disparado la peligrosidad de los incendios forestales; huracanes e inundaciones que sacuden y destrozan infraestructuras...
Por ello considera que "llega la hora de tocar la campaña y exigir a nuestros dirigentes que salgan de la cómoda zona de confort, en la que gracias a Trump (en referencia al abandono del Acuerdo de París por los EE.UU) parecen haberse instalado".
En su opinión el papel de Europa continua siendo fundamental, pero "ser creíble" conlleva un proceso convincente de descarbonización de la economía europea, en un contexto marcado por cuestiones como el Brexit o la "vergonzante reacción a la presión migratoria".
Destaca, no obstante, que la Comisión Europea ha venido articulando su política climática de manera cada vez más transversal y compleja, ganando coherencia en los distintos frentes de emisión de gases de efecto invernadero y buscando una mejor integración de escenarios climáticos y necesidades de adaptación.
Por ello considera que es importante mantener y reforzar los objetivos europeos para 2030 y adoptar medidas que aseguren la transición justa para los trabajadores y las zonas en las que se concentra el ajuste del modelo económico.
Pone como ejemplo el contrato de transición que ha lanzado francia o las medidas de desarrollo regional de zonas con dependencia del carbón en Alemania.
Por último, "el gran "imprescindible" externo es el dirigido a los jefes de estado y de gobierno: ¿qué papel quieren que Europa juegue en el mundo? Porque cualquier respuesta al respecto requiere una revisión al alza en coherencia y ambición en materia de clima", enfatiza Ribera.
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