Para empezar, cada barril contiene casi 159 litros de crudo y, tras un proceso de refino, se separan los diferentes componentes.
Para ello, es importante disponer en las refinerías de la tecnología adecuada. Por ejemplo, en Repsol tienen la capacidad de procesar casi cualquier tipo de petróleo.
La primera etapa de procesamiento del crudo consiste en una separación física de los hidrocarburos presentes en el petróleo, en función de sus puntos de ebullición. Para ello se introduce en una columna de destilación donde se aplican temperaturas elevadas.
Los componentes más ligeros, como los gases, se concentran en la parte más alta de la columna. Mientras que los más pesados, como los lubricantes o el betún, quedan en la parte inferior.
Además, para aprovechar al máximo todo el contenido del barril de petróleo, explica la petrolera, se utilizan diferentes procesos. Y todo con los más altos estándares medioambientales.
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