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Mucha gente ocupada en impulsar la transición energética está cada vez más convencida que no se hará bien ni se hará a tiempo, si las mujeres no podemos co-dirigirla, co-participarla, co-definirla. Y esto además de un convencimiento, es un hecho contrastado. Un estudio realizado en 1,500 empresas concluyó que las empresas con mayor participación de mujeres en sus consejos de dirección están más inclinadas a tomar en cuenta cuestiones ambientales e invierten más en renovables, productos bajos en carbono y eficiencia energética. Nuestra participación puede ser un vector de aceleración del cambio.

Sin embargo, hasta la fecha el sector energético es un sector extremadamente masculinizado. Según el último estudio de Ernest and Young sobre el tema (2016) solo el 5% de las juntas directivas, 19% de los directores y 14% de los gerentes de las principales 200 compañías de electricidad del mundo son mujeres. En España la situación es similar y es es el sector que menor porcentaje presenta de mujeres con cargos ejecutivos, entre un 10 y un 12%. Las energéticas en todo el mundo están dirigidas por hombres, en su mayoría blancos y en su mayoría mayores, como todos los grandes centros de poder. Desgraciadamente no se trata solo de empresas, los puestos relacionados con energía en las administraciones, los partidos políticos y organizaciones diversas son ocupados mayoritariamente por hombres. Las ministras de medio ambiente en la Unión Europea representan el 32%, pero las de energía un 11%.

La falta de participación de las mujeres en el sector es un problema mayor de lo que se piensa para avanzar en la igualdad de género en general. El sistema energético define como ningún otro los sistemas socio-económicos. Por ejemplo, los sistemas energéticos centralizados basados en energías fósiles han conformado los sistemas económicos de los últimos años y el nuevo sistema energético que alumbre la descarbonización está llamado a definir nuestras economías futuras. Por eso, mejorar la participación de las mujeres en su alumbramiento es importantísimo y por eso las mujeres debemos ser mucho más conscientes de que si no participamos en esta transición se nos está yendo de las manos una parte importante de la construcción del futuro. Para ello hay que demandar más y mejores espacios de entrada y participación.

Pero además, el giro del sistema energético al que nos obliga el cambio climático para que solo utilicemos la energía que realmente necesitamos y esta provenga al 100% de fuentes renovables requiere muchas reflexiones que cada vez más gente se pregunta si no serían mejor llevadas con una mayor presencia de mujeres. Necesitamos construir un sistema transparente, participado, que garantice el derecho a un acceso asequible a todas y todos y que optimice nuestro potencial como sociedad, no solo como consumidores, si no también como actores, en el que las necesidades de la gente y del planeta se valoren objetivamente. Pues bien, el sistema energético del siglo XXI tiene que ser un sistema plenamente participado por mujeres.

Afortunadamente, las cosas están cambiando

En el Reino Unido en 2018 con motivo del 8 de marzo, Innovation and Governance for Future Energy Systems organizó una conferencia sobre energía en la que el 100% de los panelistas eran mujeres. Se trataba de debatir el cambio fundamental que está experimentando el sector energético mundial, debido a la aparición de nuevas tecnologías, desafíos económicos, cambio en los modelos de negocio y experiencias sociales transformadoras. También en el Reino Unido este enero tuvo lugar una conferencia sobre el Liderazgo de las Mujeres en la Energía en Europa con mujeres participantes de Endesa o Iberia Renovables.

Por otro lado, el Hawthorn Club que reúne a empresas energéticas de todo el mundo para promover la participación de mujeres en la industria, celebró su primera cumbre en 2017 y prepara una segunda en 2018 en Nueva York bajo el sugerente título de “Disrupción en el Sector Energético: Cómo las mujeres están transformando  una industria centenaria impulsando la innovación”.

Algunos gobiernos quieren ayudar y están liderando iniciativas. En Junio del año pasado Suecia y Canadá lanzaron una iniciativa para mejorar la participación de las mujeres en las energías limpias en la Octava Ministerial de Energía Limpia que tuvo lugar en Beijing.

15 países de África Occidental han solicitado  ayuda al Centro y Red de Tecnología del Clima (CTCN) de las Naciones Unidas para poner a las mujeres a la cabeza de sus estrategias energéticas. IRENA está trabajando con el Centro de Energía Renovable y Eficiencia Energética (ECREE) de los países de esta región para facilitar a las mujeres de la zona placas fotovoltaicas para suministrar energía a sus proyectos y convertir también a muchas de ellas en empresarias fotovoltaicas, que lleven esta energía a otras muchas.

El cambio se está intentando desde todos los lugares, también en los más difíciles: la Unión Afgana de Energías Renovables organizó una reunión para promover energías renovables y eficiencia energética a la vez que se incrementa la participación de las mujeres en el sector energético.  En Afganistán, nada menos.

En España a principios de este año tuvo lugar el Primer Encuentro sobre Mujer y Energía en Bilbao. Y este blog, es una prueba justo de este cambio.

Después de un 8 de marzo masivo, las mujeres españolas esperamos que las cosas cambien. Queremos que se nos deje participar en la construcción del futuro de este país en igualdad de condiciones, queremos que nuestro trabajo sea igualmente visible y reconocido y que se pague igual. Y no vamos a aceptar más paneles de discusión sobre energía, ni más comisiones, ni más políticas sin mujeres.

Laura Martín Murillo es consultora independiente en sostenibilidad.

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Un comentario

  • Omar Montesinos Garrido

    03/05/2018

    vaya estupidez !!!! como si el cambio climatico fuera cuestión de género TOD@S debemos contribuir. También se publica que en su mayoría son blancos y mayores !!! probablemente el secreto esta en la raza y en la edad y no en el genero

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