Los responsables de la Compañía Nacional de Petróleo libia en Trípoli y en Tobruk, hasta la fecha rivales, han cerrado el acuerdo alcanzado hace unos días para unificar la gestión y tratar de recuperar la producción en los yacimientos del norte del país.
Fuentes oficiales revelaron que ambas partes han decidido que sea Mustafa Sonalah, director de la compañía en Trípoli, el que asuma la dirección de la petrolera y que su colega en Tobruk, Nayi Al Magrebi, se incorpore a la junta general.
La compañía quedará bajo responsabilidad del futuro Parlamento y tendrá su sede en la ciudad de Bengazi, escenario en la actualidad de combates entre fuerzas islamistas moderadas afines al anterior gobierno en Trípoli y el Ejército leal a Tobruk, añadieron las fuentes.
Para que el pacto funcione y Libia recupere sus niveles de producción previos a la guerra debe ahora sumarse al mismo Ibrahim Jidram, el jefe de la milicia que protege los puertos petroleros de Ras Lanuf y Sidrá, los más importantes del país.
Antes del cierre y del estallido de los combates, ambos puertos tenían capacidad para exportar en torno a 600.000 barriles de crudo diarios, el doble de la producción actual de Libia y un cuarto de la que disfrutaba el país antes de la caída en 2011 de la dictadura de Muamar el Gadafi.
Distintos expertos nacionales e internacionales coinciden en apuntar que pese a la reunificación petrolera, Libia tardará meses en recuperar la producción de 2014 y las cifras de 2011 debido a la inseguridad que aún reina en el país y a los graves daños que han sufrido sus instalaciones, y en particular los oleoductos.
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