El Consejo de la Unión Europea adoptó hoy su posición de cara a la cumbre del clima COP27 que se celebrará en Sharm-el-Sheikh (Egipto) entre los próximos 6 y 18 de noviembre, en donde la UE dice observar con "preocupación la magnitud de la financiación privada" hacia el sector de los combustibles fósiles.
La institución que representa a los Estados miembros de la UE dice en sus conclusiones previas a la cumbre que "observa con preocupación la magnitud de la financiación privada que actualmente sigue apoyando actividades no alineadas con el Acuerdo de París, especialmente en el sector de los combustibles fósiles, y los incentivos perjudiciales que aún existen".
En ese sentido, recuerda que en la cumbre del clima de la ONU celebrada en 2021 en Glasgow (Reino Unido), las partes acordaron "acelerar los esfuerzos hacia la eliminación gradual de la energía del carbón y la eliminación gradual de los subsidios ineficientes a los combustibles fósiles".
Los objetivos de la COP27
"La tarificación del carbono (pagar por emitir CO2) y la eliminación gradual de los subsidios a los combustibles fósiles dañinos para el medio ambiente son componentes clave de un entorno propicio para cambiar los flujos financieros hacia inversiones climáticamente neutras, resistentes al clima y sostenibles", subrayan los Veintisiete.
La Unión Europea también "renueva el firme compromiso" del bloque comunitario de que los países ricos movilicen un total de 100.000 millones de dólares al año a partir de 2020 para ayudar en la transición climática a los países en desarrollo, con la esperanza de que esa promesa incumplida se materialice "en 2023".
En ese sentido, el Consejo recordó que la UE y sus Estados miembros son "los mayores contribuyentes a la financiación climática pública internacional, y han más que duplicado su contribución a la financiación climática para apoyar a los países en desarrollo desde 2013", por lo que llamó a "otros donantes" a seguir por la misma línea.
En las conclusiones adoptadas antes de la cumbre climática de Egipto, los Veintisiete repasan también algunas de las políticas climáticas más destacadas de la UE en los últimos años, como asignar a la acción climática el 30 % del presupuesto comunitario o aprobar y desarrollar una ley para reducir las emisiones de CO2 en un 55 % en 2030 respecto a los valores de 1990.
El Consejo también cita el diseño del plan de emergencia RepowerEU tras la invasión de Rusia sobre Ucrania para alejarse de la dependencia de los combustibles del Kremlin sin desviarse de los objetivos climáticos, esencialmente a través de las inversiones en energías renovables y ahorro energético.
Celebra, además, el objetivo del G7 de crear "un Club del Clima, como un foro intergubernamental de gran ambición para apoyar la implementación efectiva del Acuerdo de París" para que las temperaturas a final de siglo no superen los 2 grados centígrados respecto a los valores preindustriales y se acerquen lo más posible a 1,5 grados.
El Consejo recuerda también que la UE cuenta con un mercado de comercio de emisiones, conocido como ETS, que grava el CO2 emitido por las industrias de consumo intensivo de energía y la aviación, y que prepara un Mecanismo de Ajuste Fronterizo de Carbono para evitar las llamadas "fugas de carbono" y forzar que los productos que se vendan en la UE tengan unos estándares climáticos similares aunque se produzcan fuera del club comunitario.
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