Renovables

Una fábrica de muebles en Portugal, la única del mundo que funciona solo con la energía solar que produce

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Hace apenas ocho años, la empresa lusa de fabricación de muebles Woodone se encontraba al borde de la quiebra y ahora está en el punto de mira por una razón muy diferente: es la única fábrica en el mundo, según sus responsables, que se abastece sólo con la energía solar que produce ella misma.

Líder portugués en fabricación de mobiliario para centros escolares y con más de seis décadas de experiencia, la compañía se ha convertido en un ejemplo de cómo se puede apostar por la tecnología punta y aprovechar los fondos europeos para dejar atrás las dificultades financieras.

El rumbo de la empresa cambió cuando cayó en manos del portugués Manuel Luís Martins, que decidió aumentar su capacidad de producción y realizar una fuerte inversión, en parte apostando por las energías renovables para reducir costes.

Bajo esta estrategia, la firma hasta entonces establecida en la localidad de Paços de Ferreira, en el norte de Portugal, hizo las maletas en 2015 y trasladó sus instalaciones a la vecina Paredes, donde hoy se sitúa la fábrica famosa por sus paneles solares.

"Fue una cuestión de costes, gastábamos mucho dinero en energía y en Portugal tenemos muchas horas de sol al día", explicó a Efe Martins, quien asegura que "no hay registros" de que exista otra fábrica en el mundo que sea 100% autosostenible a base de energía solar.

La empresa ahorra cerca de 7.000 euros al mes en electricidad gracias a los 1.500 paneles solares instalados en la fábrica, cada uno de los cuales produce 400 kilovatios por hora, lo que le ha permitido "ser más competitiva en los mercados internacionales a nivel de precio del producto".

Para afrontar esta inversión, Woodone recurrió primero a los fondos de la Unión Europea (UE) a través del Marco de Referencia Estratégico Nacional 2007-2013 (QREN, siglas en portugués) y posteriormente al programa comunitario Portugal 2020, donde su candidatura fue una de las primeras en ser aprobadas.

En total, la inversión inyectada en la compañía asciende a 6,3 millones de euros, que se han dedicado a la construcción de las nuevas instalaciones en Paredes -de 11.000 metros cuadrados- y los paneles solares, la compra de máquinas de última generación y la contratación de personal.

De los 21 empleados con los que contaba en 2008 se ha pasado a una plantilla de 53 trabajadores, pero entre los planes a corto plazo se espera seguir aumentando la fuerza de trabajo, a pesar de que se ha mejorado también la tecnología de la fábrica, explicó el administrador de la empresa.

Woodone, que además de mobiliario escolar también abastece a oficinas, hospitales y hoteles, estableció una nueva disposición del espacio en la fábrica para minimizar la manipulación de materiales y acercar la administración a los trabajadores.

Al ser preguntado por sus perspectivas de futuro, Martins desvela que quiere seguir aumentando la capacidad de producción -se ha incrementado en más de un 300% en los últimos años- y la de exportación.

La compañía ya está presente en países como España, Venezuela, Francia, Reino Unido, Angola, Mozambique y Cabo Verde, y actualmente destina el 30% de la producción a la exportación, porcentaje que quiere elevar al 60% mediante el refuerzo de su posición en los mercados donde ya está presente y la entrada en países como Chile.

Woodone se ha convertido en una referencia para el sector de las energías renovables en Portugal, al que los últimos gobiernos han dado un importante impulso que ha permitido que desde 2013 cerca de la mitad de la producción eléctrica del país sea asegurada por este tipo de recursos.

De hecho, durante cuatro días consecutivos del pasado mayo Portugal alcanzó una importante meta, al conseguir abastecer el consumo interno de electricidad de todo el país únicamente con energía solar, hídrica y eólica. "Tenemos muchas horas de sol, que un país no aproveche un bien así es un desperdicio, y además ayudamos al medio ambiente", incidió Martins.

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Un comentario

  • Emilio Fernández

    15/07/2016

    Algo no cuadra.

    Primero éso de que ""1.500 paneles solares instalados en la fábrica, cada uno de los cuales produce 400 kilovatios por hora"" no existe ni en Júpiter. Algo así no lo tienen ni los extraterrestres. Un poco de seriedad, por favor.

    Por otra parte, si tienen que invertir 6.3 millones € para amortizar el capital en 70 años, cuando con muchísima suerte los paneles les durarán 20 años, los inversores 10 a 15 años y las baterías 5 años (y luego a volver a comprarlo todo), no vemos dónde está el negocio.

    ¿Dónde está el negocio, si en la TRE se pierde un 400%?.

    Y a ver si dejan ya de usar el término kwh, que es un indicador de potencia generada (rms) ó consumida (si toca medir ésto último), y no tiene absolutamente nada que ver con capacidad instalada.

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