La combinación de aire y agua suele proporcionar una carga positiva a las gotas de lluvia, de manera que cuando estas impactan contra la superficie del cristal, generan la corriente eléctrica. Estas novedosas ventanas aprovechan la lluvia y el viento para generar suficiente energía como para alimentar pequeños dispositivos. El secreto son unos nanogeneradores integrados en el propio cristal e invisibles a simple vista.
El único indicador de que la ventana está generando electricidad es que el cristal se oscurece un poco con un tono azul oscuro cuando está funcionando. La superficie de la ventana esconde dos tipos de nanogeneradores.
Los primeros están en la capa exterior del cristal y se activan con la lluvia. Esta capa consiste en diminutas pirámides con una pequeña carga negativa. La combinación de aire y agua suele proporcionar una carga positiva a las gotas de lluvia, así que cuando estas impactan contra la superficie del cristal, generan la corriente eléctrica.
La segunda capa de nanogeneradores está dentro del propio cristal, y consiste en dos láminas que convierten la tensión que el viento genera al empujar el cristal en corriente eléctrica.
Entre ambos sistemas, el primer prototipo de estas ventanas es capaz de generar suficiente corriente como para alimentar un smartphone en modo reposo. Sus creadores en el Instituto de Tecnología Georgia, en Estados Unidos, trabajan ahora en una nueva versión que genere más energía y que sea capaz de almacenarla.
Para ello añadirán una nueva capa de supercapacitadores transparente al cristal. Si tienen éxito, las ventanas generadoras de energía podrían ser una realidad en los edificios dentro de unos años.
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