La transición energética y otras iniciativas para descarbonizar la economía de Europa representarán el 25% del gasto de la UE en el marco de un plan presupuestario de la UE de siete años (2021-2027) presentado este miércoles por la Comisión Europea.
La lucha contra el cambio climático se integrará en todos los programas de la UE, con un objetivo del 25% de todos los gastos que contribuyen a los objetivos climáticos, dijo el comisario Miguel Arias Cañete.
Esto representa un aumento del 20% en el presupuesto actual, que cubre los años 2014-2020, según cuenta Euractiv.
El esfuerzo climático abarcará políticas sobre integración regional, energía, transporte, investigación e innovación, agricultura y ayuda al desarrollo, "haciendo que el presupuesto de la UE sea un motor de sostenibilidad", dijo el ejecutivo de la UE en un comunicado .
Bruselas realizará un seguimiento a finales de año con un "Documento de reflexión" para abordar las "posibles formas" para una mayor integración de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas en la formulación de políticas de la UE.
Financiación a través del ETS
Asimismo, para poder llevar a cabo estos presupuestos, la Comisión Europea propone financiarse a través del Sistema Europeo de Comercio de Emisiones (ETS). Concretamente, la propuesta de Bruselas consiste en quedarse con el 20% de este mercado de emisiones en el periodo 2021-2027.
Además, proponen una contribución nacional calculada sobre el volumen de residuos de envases de plástico no reciclados en cada Estado miembro (0,80 euros por kilo).
Estos nuevos recursos propios, y un tipo de referencia del 3 % aplicado a la nueva base imponible consolidada común del impuesto sobre sociedades, representarán aproximadamente el 12 % del presupuesto total de la UE, y podrían aportar hasta 22 000 millones de euros al año a la financiación de las nuevas prioridades.
Un presupuesto más ecológico
La UE está separada. Mientras 14 países, entre los que se encuentran los principales pagadores de la UE (Alemania, Francia, Italia y España), estarían dispuestos a apoyar unos presupuestos más ecológicos, la otra mitad (los 14 países restantes) estarían más en contra. Entre ellos, están los países de la UE central y oriental como Polonia, la República Checa y Hungría, la mayoría de los cuales dependen en gran medida del carbón para la electricidad y la calefacción.
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