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VÍDEO| Prueba del MINI Countryman E: el tamaño importa

Ya era el MINI más grande de toda la gama y ahora esta tercera entrega crece en todo, también en madurez y electrificación como demuestra esta versión cero emisiones que, además, guarda muchas semejanzas con el X1 de BMW.

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En 2010 MINI decidió que ya era hora de pegar el estirón y lanzó el primer Countryman (primer contacto) de la historia, su modelo más grande y polivalente con permiso del Clubman. Con él, además, la firma inglesa ya bajo el paraguas de BMW entraba de lleno en el segmento de los todocaminos, justo en el momento en el que estos comenzaban a eclosionar… o al menos los de corte urbano. En 2016 apareció la segunda generación que, ahora sí, justificaba hablar de ella como el MINI más grande jamás fabricado, principalmente por crecer casi 20 cm respecto a su predecesor. Desde entonces se ha convertido en el MINI más vendido de la historia y a comienzos del 2024 presentaba su tercera generación que es la misma que hoy en El Periódico de la Energía probamos en profundidad en lo que además es la generación más alemana de toda la historia. ¿Por qué decimos esto? No dejes de leer para descubrirlo.

Cuando MINI es igual a MAXI

Nunca antes ha habido un MINI tan grande como este, mide 4,44 metros. K.S.

El MINI Countryman ha vuelto a crecer. Si ya era el MINI más maxi, ahora en esta tercera entrega lo es más todavía si cabe gracias a que su longitud se estira hasta los 4,44 metros, es decir, 14 cm más que su predecesor, cota que se completa con una anchura de 1,84 metros y una altura de 1,63 metros. Dimensiones al margen y teniendo en cuenta que la evolución estética es evidente, la realidad es que al primer golpe de vista se percibe de lejos que es un MINI y, además, un Countryman. De esta entrega destacamos sus líneas más marcadas, atractivas y con un carácter aventurero aún más marcado.

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Eso sí, dependiendo de la versión contará con especificaciones propias. Por ejemplo, en las versiones eléctricas como la que estás viendo se hacen patentes algunos toques en color amarillo cobrizo o en, evidentemente, una parrilla carenada. Si nos centramos en los detalles estéticos más llamativos nosotros destacaríamos la forma hexagonal de los faros, con tecnología LED de serie y este diseño tan llamativo de los grupos diurnos LED; las llantas de 17 a 20 pulgadas, siendo este último diámetro las que estás viendo y que si bien cuestan 1.400 euros, tienen un diseño de hélice muy llamativo. Tanto como el diseño de los faros traseros, que se mantienen verticales y que integran de una manera más elegante la bandera de la Union Jack.

La moldura de pilar C cambia en función del acabado.K.S.

Siguiendo con la pesonalización, tenemos la posibilidad de combinar la carrocería en este tono verdoso con el techo en plata cobrizo. El toque aventurero se lo dan las barras de techo más elegantes y menos expuestas que antes, mientras que en el pilar C aparece una moldura decorativa que es específica de cada acabado, siendo en este Favoured que ves la imagen de unas montañas. Y es que la gama se estructura en cuatro niveles de acabado: Essential, Classic, Favoured y John Cooper Works, cada uno con detalles estéticos diferenciadores como te decimos y con un equipamiento más completo en cada peldaño que, eso sí, siempre se puede mejorar gracias a los diversos paquetes opcionales que facilitan la elección del usuario.

Mini-malismo interno

El interior prescinde de todo lo superfluo. La calidad general es elevadísima.MINI

De puertas para dentro lo más llamativo es sin duda el diseño del salpicadero y que es ya la imagen de los MINI de nueva factura. A destacar la combinación de colores, específica también de cada acabado y con una terminación en tela que aporta más vistosidad si cabe gracias además a la combinación de colores. Sin salir de los tonos, en este nivel puedes optar por unos asientos tapizados en cuero sintético negro, marrón o Beige como es el caso de nuestra unidad. Tampoco desmerece el amplio número de huecos portaobjetos repartidos por el habitáculo con especial mención al cajón central perfecto para guardar nuestros enseres o a la superficie de carga inalámbrica.

La combinación de colores es de lo más llamativa. K.S.

Pero si por algo destaca este minimalista puesto de conducción es por su monitor central circular que se encarga de aglutinar todas las funciones del vehículo. Tiene un diámetro de 24 cm y cuenta con la tecnología OLED, repercutiendo así en una visibilidad excepcional. Propone además varias visualizaciones en función del Experience elegido así como un sinfín de menús para los que es necesario cierto periodo de adaptación. Gracias al sistema operativo MINI Operating Systema 9.0 basado en Android, la conectividad está asegurada con nuestro smartphone de manera inalámbrica e incluso ofrece un avanzado asistente personal bautizado como Spyke. Por cierto, si quieres una segunda pantalla, siempre puedes optar opcionalmente por un Head-up display proyectado en una membrana que ofrece una visualización perfecta de los menús.

Las plazas traseras son amplias pero en el eléctrico no cuentan con desplazamiento longitudinal.MINI

Ahora bien, ser el MINI menos mini tiene que tener un aspecto positivo en habitabilidad y ese no es otro que el espacio en la zona trasera. Porque es aquí donde llega el momento de decirte que este Countryman es más BMW X1 (prueba del diésel) que MINI hasta el punto de que se fabrica en la misma factoría. Ello le permite ofrecer unas plazas traseras especialmente amplias y en el que se mantiene el que era uno de sus puntos característicos: el desplazamiento longitudinal de sus butacas que, eso sí, no está disponible en la versión eléctrica por la colocación de las baterías. En el caso de optar por un MINI de combustión (con microhibridación, eso sí), gozarías de 12 cm de desplazamiento permitiéndonos así variar la capacidad del maletero y jugar con este espacio trasero. Por cierto, en cuanto a elementos de confort, echamos en falta unas salidas de aire o que el pilar C no esté tan echado hacia delante porque interfiere en la vista.

Hay varios huecos portaobjetos repartidos por el habitáculo. MINI

Volviendo al maletero, mantiene el mismo volumen que la generación anterior aunque varia en función del motor, siendo entre los 430 y los 460 litros. En el caso de los eléctricos hablamos de la capacidad máxima acompañándola de un hueco regular y un doble fondo práctico para guardar los cables. La lástima es que perdemos el anterior Picnic Bench, es decir, un banco mullido perfecto para las escapadas por el campo. Al menos, ahora tenemos la posibilidad de equipar un gancho de remolque retráctil y activable automáticamente.

Para cualquier entorno

Dinámicamente ha perdido el toque deportivo pero ha ganado en versatilidad. MINI

Entrando en el apartado mecánico lo más llamativo de esta tercera generación no es que mantenga las motorizaciones de combustión, incluyendo las diésel y la de altas prestaciones bajo el apellido JCW, sino que la exitosa versión PHEV ha dejado de existir. Quizá lo hayan hecho para no canibalizar con el X1 o porque en realidad desde MINI han querido dar el paso hacia esa electrificación que les convierta en una marca 100% cero emisiones para comienzos de esta década.

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Así contamos contaos con una dupla eléctrica: una de acceso, bautizada como Countryman E, y un Contryman SE ALL4 superior. Ambas se diferencian por el rendimiento, la tracción y la autonomía, porque los dos montan una batería de 64,7 kWh útiles. Nosotros estamos conduciendo el primero, que rinde 204 CV que se envían directamente a las ruedas delanteras, con un par máximo de 250 Nm y homologando un 0 a 100 km/h de 8,6 segundos con una punta de velocidad de 170 km/h. La segunda tiene el mismo rendimiento que el iX1 que probamos, con 313 CV y tracción total.

En cuanto  a la autonomía, el mejor dato es el de nuestra versión, con 462 km a razón de un consumo de 15,7 kWh/100 km. Sin embargo, durante la prueba nosotros no hemos bajado de los 18,1 kWh/100 km, lo que supone que puedas recorrer unos 320 km entre paradas. Cuando tengas que parar, podrás cargarlo en tomas de CC de 130 kW, necesitando 29 min para pasar del 0 al 80%, mientras que en CA llega a los 22 kW.

El aplomo en carretera es excepcional, no tanto el consumo. MINI

Dinámicamente es un coche más equilibrado que sus predecesores y quizá menos directo de lo que esperábamos. Nos defrauda un poco el tacto de la dirección pero al menos tenemos un tarado de las suspensiones confortable que no produce balanceos. En cuanto a los modos de conducción, destaca tanto el Green que permite arañar unos pocos kilómetros, como el Go-KArt, que nos da todo el rendimiento. Eso sí, quizá te acabe cansando el sonido artificial que se cuela por los altavoces pero eso ya es cuestión de gustos. Por cierto, para arañar otros km sobre todo en ciudad, tienes dos niveles de retención de la frenada. Por último y como su nombre indica, tenemos un modo de conducción específico para circular por carreteras no asfaltadas, el Trail que varía la respuesta para aumentar la motricidad aunque este es más lógico en el caso de la versión de tracción total.

En definitiva

Admite cargas hasta de 130 kW en corriente continua. MINI

Concluimos asegurado que por mucho que la mona se vista de seda, mona se queda. Me refiero a que por muy X1 que parezca, el Countryman sigue siendo un MINI. Salta a la vista y mejora en aspectos del interior como la apariencia, la digitalización o la habitabilidad. Quizá no es entendible que se suprima la versión PHEV que tan buenos resultados comerciales pero si quieren ser 100% cero emisiones, mejor empezar ya con versiones como esta.

Y además no supone un desembolso excesivamente alto ya que es solo 6.000 euros más caro que el microhíbrido con etiqueta ECO y 170 CV o 4.500 euros más caro que el Diesel también con etiqueta ECO. Eso sí, para optar por el Plan Moves III no podrás irte a este acabado sino que te tendrás que quedar como máximo con el Classic porque el Favoured ya cuesta 50.730 euros, que se pueden convertir en casi 62.120 euros si quieres esta configuración.

Galería de imágenes del MINI Countryman E

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