Petróleo & Gas

Vuelve el boom del GNL en los mercados internacionales

Ningún comentario

El gas natural licuado (GNL) cubrió casi el 11% de la demanda energética mundial el año pasado y el comercio del GNL alcanzó un récord de 316,5 millones de toneladas, ayudado por el aumento de la oferta de Australia, Estados Unidos y Rusia, y la creciente demanda de 37 países. Se espera que esta imagen de la demanda y la oferta en alza continúe e incluso se acelere en los próximos años.

El último informe de Wood Mackenzie "Perspectivas a largo plazo para el mercado mundial de gas 2018: suministro de GNL", escrita por Giles Farrer, señala que se espera que el gasto en nuevas inversiones en plantas de GNL e infraestructuras sume más de 200.000 millones de dólares entre 2019 y 2025, sobre todo en Canadá y Mozambique, Qatar y EEUU, países donde se espera un nuevo boom de más gas esquisto. Los expertos de la industria sostienen que la creciente demanda mundial de GNL requerirá alrededor de 60 millones de toneladas de nuevas instalaciones de gasificación para 2020 y de más de 100 millones de toneladas entre 2020 y 2025 para garantizar que los mercados en países como China, India y Pakistán tengan el suficiente suministro. El director de investigación de suministro de GNL de Wood Mackenzie, Giles Farrer, ha asegurado que "el boom del GNL está de vuelta".

Proyectos nuevos

Ya hay una lista de nuevos proyectos de regasificadoras para la exportación de GNL planeados o en desarrollo en países que no son Estados Unidos, incluida la aprobación de aproximadamente 30,9 millones de toneladas de capacidad de GNL en la Papua Nueva Guinea de Australia cuyo coste asciende a 39.500 millones de dólares, según Readul Islam, analista de Rystad Energy, .

En cuanto a Medio Oriente, Qatar, actualmente el mayor productor de GNL del mundo, se está preparando para ampliar sus instalaciones para la exportación en aproximadamente un tercio y así producir entre 100 y 108 millones de toneladas por año (mtpa) entre 2023-2024.

Y en el sur de África, Exxon está involucrada con Eni para desarrollar una instalación de exportación de GNL por 11.200 millones de dólares para capitalizar la cuenca Rovuma de Mozambique, que se estima que contiene una enorme cantidad de gas, hasta 85 billones de pies cúbicos.

En África occidental, BP y su socio Kosmos Energy decidirán sobre el desarrollo del campo Tortue frente a las costas de Senegal y Mauritania, sobre las que se decidió finalmente invertir en una primera fase de su proyecto para la exportación de GNL en diciembre pasado.

Mientras tanto, en América del Norte, Shell ha decidido seguir adelante con su programa Kitimat LNG de 40.000 millones en la Columbia Británica.

Sin embargo, el analista de Wood Mackenzie, Liam Kelleher, ha advertido que "hay algunas preocupaciones de sobrecostes tras el auge que se produjo algunos años atrás pero se espera un crecimiento del 33%. Solo el 10% de todos los proyectos de GNL hasta la fecha han tenido unos costes por debajo del presupuesto, pero más de la mitad tuvieron retrasos en la construcción".

En el lado de la demanda

A raíz de Fukushima y el cierre de reactores nucleares, Japón se convirtió temporalmente en el principal mercado mundial de GNL, importando alrededor de 11.000 millones de pies cúbicos por día (Bcf/d), seguido por Corea del Sur y, por último, China, cuyas importaciones en promedio fueron de solo 5 Bcf/d durante 2017, impulsado principalmente por políticas gubernamentales diseñadas para reducir su problema crónico de contaminación del aire en las ciudades.

Europa es un importante mercado de equilibrio para el GNL, que puede elegir entre gas canalizado y GNL, de acuerdo con las diferencias del mercado al contado entre los mercados asiático y europeo. El escenario convencional prevé una disminución de la producción de gas y la dependencia de las importaciones de gas de alrededor del 50% que está ahora al 75% para 2040.

Aunque es probable que las importaciones de gas canalizado rusas mantengan su ventaja de coste sobre el GNL importado de EEUU y Qatar, las preocupaciones de seguridad energética deberían garantizar un interés activo en mantener las importaciones de GNL. Sin embargo, Rudolf Huber, presidente de LNG Austria, ofrece un escenario interesante: “Si solo el mercado de transporte pesado europeo decidiera adoptar el GNL como el combustible elegido para reducir las emisiones de CO2 y seguir siendo competitivo más allá de las medidas climáticas que tenemos ahora, podría absorber los 200.000 millones de GNL que se pueden ofertar con facilidad en el mercado".

El crecimiento en la producción de GNL dependerá de la disponibilidad de capital para la construcción de instalaciones de exportación de gasificación e infraestructura asociada junto con la tasa de desarrollo económico de Asia y el cambio hacia un mundo de reducción de las emisiones de carbono para combatir el calentamiento global.

Noticias relacionadas

No hay comentarios

Deja tu comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Todos los campos son obligatorios