Eléctricas

Y se hizo la luz en un pueblo granadino en pleno siglo XXI

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Una década de reivindicaciones y la inversión a pulmón del Ayuntamiento de Rubite, en la Contraviesa de Granada, permitirá desde ahora que los vecinos de las 32 viviendas del anejo de Los Díaz vean la luz y disfruten por primera vez conexiones a la electricidad que hasta ahora han suplido con placas solares.

Poco más de una hora por carretera separa Granada de Los Díaz, una pedanía de Rubite enclavada en una ladera de la Contraviesa y con unas espectaculares vistas al mar, el cobijo permanente de 32 familias empeñadas en impedir que su anejo desaparezca.

Un cartel en la entrada lo anuncia: "Los Díaz, paraíso rural". Sus calles empinadas y las casas encaladas dibujan una estampa decimonónica que se acerca hoy algo más al siglo XXI gracias al esfuerzo del Ayuntamiento de Rubite y una inversión de unos 36.000 euros que lo cambiará todo.

Y por fin, se hizo la luz. Con casi un siglo de retraso, las 32 viviendas de este pequeño núcleo, poblado con vecinos de siempre y "un inglés que es ya muy cortijero", estrenan conexiones eléctricas y alumbrado público y se acercan algo más a unos avances tecnológicos que son, en el resto del país, el pan de cada día.

"A estas alturas da un poco de vergüenza anunciar que vamos a tener electricidad", ha reconocido a Efe el alcalde de Rubite, Arsenio Vázquez, encantado con alumbrar el bienestar de sus vecinos.

Los Díaz forma parte de este municipio de la Contraviesa, una parte del pueblo habitada desde siempre y que, como antaño, ha sobrevivido sin vitrocerámicas, televisiones y otros electrodomésticos, casi como era cuando el siglo pasado, la madre del alcalde era maestra en el anejo.

Años de reivindicaciones y el propósito de fijar la población en esta zona granadina con más encanto que enchufes han conseguido que la electricidad enfoque un futuro mejor.

Vázquez ha recordado que el Ayuntamiento lleva décadas combatiendo las necesidades de Los Díaz, que reivindicaron primero servicios como una conexión con la autovía y, gracias a planes provinciales y después con la inversión a pulmón de 36.000 euros, han logrado que la electricidad sea una realidad.

Hasta ahora, los vecinos de este insólito núcleo han iluminado sus días con pequeños motores y placas solares aferradas a sus tejados, una solución en verano que en jornadas nubladas empujaba un poco más a sus vecinos hasta un siglo pasado.

Las casas tienen enchufes, las bombillas cuelgan de sus techos, pero la potencia que generan sus energías alternativas han impedido hasta ahora la facilidad que aporta una lavadora, la comodidad de un aire acondicionado o electrodomésticos similares.

Porque en Los Díaz, hasta ahora, la falta de sol forzaba a sacar el hornillo para cocinar, la colada se lavaba a mano y no había forma de conectar un módem, un ordenador y otras tecnologías vetadas.

"En 2005 se empezaron las gestiones para tener la línea de luz y esta semana todos los vecinos han venido a tramitar sus conexiones, a hacer sus contratos, para que todo el suministro llegue a las casas, que los tiene locos de contentos", ha explicado el alcalde, que ha recalcado la necesidad de cuidar los núcleos rurales para que no desaparezcan.

Las calles de la pedanía presumen ahora de alumbrado público en una jornada "histórica" que Los Díaz celebra  con barbacoa, un monolito que recuerda que la electricidad llegó en pleno siglo XXI y con música para bailar por un futuro con mucha luz.

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