El Ayuntamiento de Barcelona lleva cuatro meses pagando la luz de un edificio suyo. Hasta aquí todo normal. El problema viene cuando ese edificio está ocupado por quien no debe. Y la alcaldesa, Ada Colau, en vez de actuar, mira para otro lado.
Según ha publicado este fin de semana el diario El Mundo, Colau ha abonado la factura eléctrica de un edificio del consistorio que a día de hoy está regentado por 'okupas'.
Colau ha hecho lo que debe con la eléctrica correspondiente. Pagar como hacen todos los españoles que pueden hacerlo (por desgracia hay muchos que no pueden hacerlo). Lo que no es normal, es que si un edificio está en desuso tenga contratada la luz. Ya son ganas de pagar dinero a la eléctrica.
Normalmente los 'okupas' se enganchan a la red para obtener luz en sus edficios 'okupados'. Una luz que pagamos entre todos los consumidores. Pero Colau ha creído conveniente echar una mano a este colectivo y abonarles la factura eléctrica, cuando lo que debería es echar a esa gente, y pedir a la eléctrica a que corte el suministro hasta que no esté en uso, o por lo menos, hasta que esté montado el centro para mayores tal y como estaba acordado por el anterior alcalde.
Si Colau lo ha hecho porque los okupas no pueden pagarlo, debería ir casa por casa que sufre la pobreza energética para abonar sus tarifas. A eso se le llama igualdad para todos. ¿O no tienen derecho otros consumidores a lo mismo?
Aunque la factura no es excesiva, poco más de 2.700 euros en cuatro meses, a los barceloneses no creo que les haya hecho mucha gracia que paguen con su dinero la luz a unos okupas. Se pueden hacer mejor las cosas.
Pero, ¿se imaginan que sale un titular que dice que Colau no paga el recibo de la luz a la eléctrica de turno? La que se montaría.
Dabama
25/02/2016