La Agencia Internacional de la Energía (AIE) estima que el hidrógeno sin emisiones podría llegar a ser competitivo en 2030 en lugares con muchos recursos renovables, según José Miguel Bermúdez, analista en Tecnologías Energéticas de la AIE.
Bermúdez, que ha intervenido este lunes en la presentación del documento "Global Hydrogen Review", de la AIE, ha dicho que "la mayor barrera para el desarrollo de hidrógeno sin emisiones tiene que ver con los costes", aunque "hay un potencial importante de reducción de costes de hidrógeno producido a través de electrolisis".
Según las estimaciones de la Agencia, podría llegar a ser competitivo en 2030, en lugares con muchos recursos renovables.
La AIE estima que el actual coste de producir un kilogramo de hidrógeno con gas natural está comprendido entre 0,5 y 1,7 dólares, dependiendo de la región.
Aplicar captura, almacenamiento y uso del carbono hace que el coste crezca hasta 1-2 dólares y, producirlo a través de renovables, hoy cuesta entre 3 y 8 dólares por kilo.
El informe de la AIE pronostica que, con las economías de escala, la disminución del coste de las renovables y la innovación, entre otros factores, el coste de hidrógeno verde a 2030 descenderá hasta llegar a estar entre 1,3 dólares/kilogramo de hidrógeno en países con buenos recursos renovables y 3,5 dólares en otras regiones.
La reducción de costes podrá implicar el crecimiento del mercado de hidrógeno y podrá suponer una buena oportunidad de exportación de hidrógeno para aquellos países con fuentes renovables y con potencial de almacenamiento de CO2, exportaciones que hoy encabeza Japón en el mundo, según la AIE.
La AIE ya publicó en junio de 2019 el documento "El futuro del hidrógeno", cuando sólo Francia, Japón y Corea contaban con una estrategia de hidrógeno.
En la actualidad, 20 países han presentado ya sus estrategias y 20 países estaban trabajando en ellas.
La demanda de hidrógeno en el mundo en 2020 fue de 90 millones de toneladas, producidas principalmente a través de combustibles fósiles, y utilizado, sobre todo, en la industria química y las refinerías.
Con los proyectos puestos en marcha o en desarrollo, la AIE prevé que la demanda podría crecer hasta 105 millones de toneladas a 2030.
Si se tienen también en cuenta los proyectos anunciados, este valor aumentaría hasta 120 millones de toneladas.
La demanda de hidrógeno se debe duplicar respecto a la actual en 2030 y a 2050 el 10 % de la energía final debe venir de este vector energético.
Bermúdez se refirió también a los proyectos en desarrollo y en puesta en marcha relacionados con producción de hidrógeno con electrólisis, que podrían suponer 8 millones de toneladas de hidrógeno a 2030.
Se refirió también a aquellos proyectos relacionados con la producción de hidrógeno con hidrocarburos y captura, transporte y almacenamiento, que añadirían 9 millones de toneladas más de hidrógeno para 2030.
En cuanto a las diferentes regiones, Europa está liderando el desarrollo de proyectos de hidrógeno, dedicando sus esfuerzos a frentes tecnológicos (electrólisis y fósiles con captura, almacenamiento y usos del carbono), aunque el mayor mercado en la región es el de electrólisis a partir de energías renovables.
Otro de los aspectos destacados por Bermúdez fue la importancia de estimular la demanda más allá de los sectores tradicionales donde se utiliza hidrógeno y la necesidad de expandirse a otros, como la producción de acero, transporte pesado, transporte marítimo, aviación y sectores donde podría contribuir a la neutralidad de emisiones.
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