La ampliación de las reservas estratégicas por parte de algunos países, como EE.UU. o China, y el uso de buques petroleros a modo de depósitos se perfilan como fórmulas para paliar la falta de capacidad de almacenamiento y evitar así que los precios del crudo vuelvan a desplomarse cuando se acerque la fecha de vencimiento de los contratos.
Los almacenes de petróleo podrían saturarse a mediados de año por la drástica caída de la demanda que ha causado la expansión del coronavirus y por el insuficiente recorte de producción.
Las dificultades para almacenar el crudo llevaron el pasado lunes al West Texas Intermediate (WTI), el petróleo de referencia en EE.UU., a registrar precios negativos por primera vez en la historia.
El vencimiento inminente de los contratos para entrega en mayo provocó una ola vendedora de inversores que no disponían de espacio para depositar el crudo.
La Agencia Internacional de la Energía (AIE) señala en su último informe que la capacidad de almacenaje podría saturarse a mediados de año, aunque ya existen cuellos de botella en algunos puntos de la cadena logística.
Según la AIE, a finales de enero, las infraestructuras de almacenamiento sumaban una capacidad de 6.700 millones de barriles, que estaba cubierta al 63 %.
Puesto que la ocupación máxima, a efectos operativos, ronda el 80 %, en esa fecha quedaba espacio para albergar 1.200 millones de barriles, una capacidad que podría llegar al límite a mediados de año.
La consultora Rystad Energy adelanta el punto de saturación a mayo, incluso si el día 1 se empiezan a aplicar los recortes de producción acordados por la OPEP+ (los socios de la organización y otros países productores).
Sin embargo, muchos analistas dudan de la exactitud de los datos que se manejan. Según el banco suizo Julius Baer, "la situación del almacenamiento mundial es solo una suposición aproximada, ya que los datos son irregulares, imprecisos y publicados con un retraso de meses".
En la misma línea, Victoria Torre, de Singular Bank, sostiene que calcular la capacidad de almacenaje "no es una tarea sencilla". "Muchos países y compañías no dan datos porque consideran que es un aspecto estratégico. Se ha intentado medir a través de satélites, pero solo es posible estimar la capacidad en superficie", apunta.
Las soluciones a esta situación no son sencillas. Rodrigo Villamizar, profesor del IEB y exministro de Energía de Colombia, señala que construir nuevas infraestructuras es casi imposible a corto plazo.
En este contexto, cuatro países -EE.UU., China, India y Corea del Sur- han ofrecido su capacidad de almacenamiento y se plantean aumentar sus existencias estratégicas aprovechando los bajos precios, según el último informe de la AIE.
El presidente de EE.UU., Donald Trump, anunció el lunes que su Gobierno almacenará hasta 75 millones de barriles. La reserva estratégica estadounidense, situada en Texas y Luisiana, es la más grande del mundo, con capacidad para 800 millones de barriles.
Esta decisión permitirá aliviar la situación en las instalaciones logísticas de Cushing (Oklahoma), el epicentro de la industria petrolera estadounidense, que están al límite.
Sin embargo, según la consultora CMarkits, China es el mejor candidato para absorber los excedentes, ya que podría aumentar sus reservas en 85 millones de barriles.
El Gobierno chino prevé contar este año con una capacidad de almacenamiento de 503 millones de barriles, aunque su objetivo final es disponer de 900 millones.
El portal económico Caixin aseguraba recientemente que las autoridades chinas han autorizado la ampliación de siete depósitos este mes.
Según CMarkits, India se plantea llenar sus reservas estratégicas con 19 millones de barriles. El país cuenta con unas reservas estratégicas de 5 millones de toneladas, que cubren prácticamente su capacidad de almacenaje (5,3 millones de toneladas), pero el Gobierno planea aumentarla en 6,5 millones de toneladas con dos nuevos depósitos.
En cuanto a Corea del Sur, su capacidad de almacenamiento estatal es de 146 millones de barriles y las reservas estratégicas se sitúan en 96 millones.
Algunos países ven una oportunidad en esta coyuntura. En Ucrania, el director de la compañía estatal Naftogaz, Yuri Vitrenko, ha apuntado que el almacenamiento de crudo se puede convertir en un negocio muy provechoso para un país que disponga de capacidad.
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Otra opción es utilizar los buques petroleros para almacenar el crudo a corto plazo. Según datos de EA Gibson citados por la AIE, en este momento están activos más de 1.300 barcos, que suman una capacidad de 2.000 millones de barriles.
Sin embargo, solo entre el 2 % y el 4 % de esa capacidad, entre 45 y 90 millones de barriles, estaría disponible. Esa cifra podría aumentar hasta 330 millones de barriles cuando se apliquen los recortes de producción pactados.
Victoria Torre añade otras alternativas en estudio, como "el almacenamiento en trenes de mercancías" o "en minas de sal".
En cualquier caso, los analistas esperan que la situación cambie en la segunda mitad del año. Según la AIE, si la producción cae, la demanda se recupera y las reservas estratégicas absorben parte del excedente, el mercado "comenzará a reducir el masivo exceso de existencias".
Joaquín Robles, de XTB, cree que los precios del crudo se irán estabilizando "a medida que progresivamente se vaya recuperando la actividad económica".
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