La Comisión Europea ha dado luz verde a una ayuda pública alemana de 4.060 millones de euros para la operación de cuatro terminales flotantes de gas natural licuado (GNL), con las que Alemania busca garantizarse el suministro de energía y reducir su antigua dependencia del gas ruso.
Las ayudas, en forma de subvención directa, se entregarán a la entidad estatal Deutsche Energy Terminal (DET), creada en 2022 para operar cuatro nuevas terminales flotantes para el almacenamiento y regasificación de GNL que el país ha puesto en marcha tras el corte del gas ruso a raíz de la guerra en Ucrania.
Servirán para cubrir las pérdidas en las que incurrirán las terminales, que estaban previstas desde el principio puesto que se diseñaron en el pico de la crisis energética cuando los costes eran muy altos y su limitado tiempo de vida no permitirá recuperar los costes, según explicó la Comisión.
Berlín espera que la ayuda necesaria entre 2023 y 2033 sea de 4.060 millones de euros, aunque la contribución podría ascender hasta los 4.960 millones si es necesario.
Bruselas ha considerado que la medida es "necesaria y apropiada" para hacer frente a una perturbación importante de la economía alemana, así como que está dirigida a garantizar el suministro de gas en la "situación excepcional causada por la guerra de agresión rusa contra Ucrania y la consiguiente interrupción de las entregas de gas".
Las terminales de GNL en Alemania
Asimismo cree que es "proporcionada" puesto que se limita al mínimo necesario para que DET opere y que limita las distorsiones de la competencia ya que Alemania se ha comprometido a dejar de operar las terminales flotantes una vez que estén operativas las que se están construyendo en tierra firme, por lo que ha dado luz verde a las ayudas.
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