Ningún comentario La Comisión Europea celebró este lunes el acuerdo alcanzado entre España, Portugal y Francia para sustituir el proyecto MidCat por un corredor de hidrógeno que conecte Barcelona y Marsella, bautizado como BarMar, y está a la espera de que los tres países desarrollen y comuniquen los detalles técnicos.
"Estamos preparados para apoyar proyectos que cumplan los objetivos del (plan) Repower EU. Entendemos que se trata de un principio de acuerdo anunciado por los tres países y ahora están trabajando en los detalles técnicos", expresó en una rueda de prensa el portavoz de Energía del Ejecutivo comunitario, Tim McPhie.
El proyecto del BarMar
Bruselas recordó en este contexto que la normativa vigente no permite financiar con recursos europeos aquellas infraestructuras pensadas para transportar combustibles fósiles como gas**** o petróleo, pero sí proyectos de hidrógeno, una de las grandes apuestas del bloque para la transición energética.
Los proyectos que puedan recibir fondos europeos para su construcción deben ser incluidos en la lista europea de Proyectos de Interés Común (PCI) y el portavoz de Energía de la Comisión señaló que la próxima actualización está prevista para noviembre de 2023.
En concreto, el reglamento actual estipula un "periodo transitorio" hasta 2030 en el que se permitirá el transporte y el almacenamiento de una "mezcla predefinida" de hidrógeno con gas natural o biometano, aunque el promotor tendrá que demostrar al final de dicho periodo se deja de transportar el combustible fósil.
El corredor del hidrógeno
El acuerdo político anunciado el pasado jueves por Pedro Sánchez, Emmanuel Macron y António Costa estipula que el corredor verde estará "técnicamente adaptado para transportar otros gases renovables, así como una proporción limitada de gas natural como fuente de energía temporal y transitoria".
Este "corredor verde" supone el abandono definitivo del proyecto de gasoducto conocido como MidCat que estaba pensado para conectar la península ibérica con Francia a través de los Pirineos, una infraestructura a la que Madrid y París renunciaron en 2018, pero que España y Portugal querían recuperar desde el inicio de la crisis energética.
Los dos países de la península ibérica se encontraron con la férrea oposición de Macron, quien argumentaba que era un proyecto muy complicado desde el punto de vista técnico, que transportaba principalmente gas y que no era necesario porque otras infraestructuras similares no se utilizaban al 100 % de su capacidad.
Sánchez y Costa, que contaron con el apoyo público en este proceso del canciller alemán, Olaf Scholz, se reunieron con el presidente francés antes de la cumbre del pasado jueves en Bruselas y desbloquearon la opción alternativa del BarMar, cuyos detalles técnicos seguirán negociando los tres países en las próximas semanas.
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