La Comisión Europea (CE) considera "prematuro" evaluar el impacto que puedan tener sobre el sector de la automoción las sanciones a los fabricantes de automóviles que incumplan el objetivo de reducción de emisiones de dióxido de carbono (CO2) en 2025 y recuerda que la industria tiene tiempo para adaptarse.
Así lo ha señalado el portavoz de Acción Climática de la Comisión, Tim McPhie, a la petición de Francia de suspender la aplicación de sanciones a los fabricantes de automóviles que incumplan con el objetivo de reducir un 15% --en comparación con niveles de 2021-- las emisiones de dióxido de carbono en 2025.
El portavoz ha recordado que los límites de emisiones de CO2 de los automóviles se acordaron en 2019 con las capitales de la UE, incluida París, y que establecen una nueva reducción cada cinco años, por lo que la próxima se aplicará a partir de 2025, lo que significa que los coches que se vendan a partir del próximo 1 de enero deberán cumplir con los umbrales.
En concreto, la normativa establece que, entre 2025 y 2029, los turismos deberán emitir un máximo de 93,6 gramos de CO2 por kilómetro --frente a los 115,1 gCO2/km de 2020-2024-- y las furgonetas 153,9 gCO2/km, unas cifras que deberán recortarse a la mitad en 2030 de cara a lograr las cero emisiones en 2035.
Las emisiones de los fabricantes
"No vamos a prejuzgar cuál será la situación del mercado en 2025, cuando empiecen a aplicarse los próximos objetivos. Además, todavía quedan muchos coches por vender en ese plazo, incluidos muchos vehículos eléctricos", ha señalado a Europa Press McPhie, quien defiende que la industria ha tenido "bastante tiempo" para prepararse para esta siguiente fase de la transición.
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