La directora de Industria, Energía, Medio Ambiente y Clima de la CEOE, Cristina Rivero, apoya que se fiscalice que los planes de las empresas para ser cero emisiones netas sean "solventes", así como que se trabaje para evitar que los países se anoten la reducción de emisiones llevadas a cabo por compañías.
"Me parece fenomenal que se haga un ejercicio de transparencia, que haya unos límites y que no todo el mundo pueda declararse lo que le dé la gana. Que si te declaras cero emisiones netas sea porque hay una estrategia detrás y que ésta sea conocida, pero lo mismo que si dices que eres una empresa que apoya la igualdad o que eres cardiosaludable", ha dicho Rivero en una entrevista con EFE.
La ONU pidió en marzo a un grupo de expertos que fijara criterios para fiscalizar las promesas climáticas de los actores no estatales (empresas, bancos, ciudades y regiones) y frenar el llamado greenwashing o "lavado de cara verde", dado que las emisiones siguen aumentado a pesar de que nunca hubo tantas promesas para reducirlas.
Las emisiones cero
En el marco de la cumbre del clima de Egipto, COP27, el grupo publicó sus propuestas, entre las que se incluye no poder denominarse cero emisiones netas mientras se invierta en nuevos yacimientos fósiles, pasar de la voluntariedad a la obligatoriedad en reducción de emisiones o poner coto a la compensación de emisiones.
El informe es resultado de un llamamiento del secretario general de la ONU, António Guterres, para asegurar que las empresas que se han comprometido a ser cero emisiones netas cuenten con planes "solventes" para lograrlo porque, a día de hoy, "no está al alcance de todas las compañías ni es evidente cómo lograrlo en determinados sectores".
El fin debe ser que las estrategias empresariales estén alineadas con el objetivo de limitar el calentamiento global a 1,5° este siglo y que no se basen en compensaciones voluntarias, sino en la reducción progresiva de los combustibles fósiles, el aumento de las renovables y contemplando el impacto en la naturaleza.
La solución no pasa por establecer objetivos obligatorios de reducción de emisiones, porque "los estamos duplicando cada media hora sin contemplar por dónde vamos, cuando lo que habría que hacer es dar un respiro y proporcionar más herramientas que nos lleven a afianzar las reducciones en vez de marcar objetivos sin ton ni son", ha afirmado.
Además de la CEOE
En la Unión Europea, las grandes emisoras ya están obligadas a reducir emisiones mediante su participación en el mercado obligatorio de derechos de emisión de CO2, un mecanismo que, a su juicio, ha demostrado que es la única herramienta que consigue reducciones reales de emisiones.
"Que se ponga coto a que no todo el mundo diga que es cero emisiones y que luego haga lo que le dé la gana, que haya control, me parece bien", pero no sólo sobre la estrategia empresarial, sino también sobre las reducciones que se están apuntando los países procedentes de las empresas.
Actualmente, se debate qué país debe apuntarse en su inventario nacional el recorte de emisiones llevado a cabo por una compañía multinacional, si el país de origen de esta empresa o el país en el que opera y lleva a cabo la reducción.
La representante de la patronal española ha añadido que en estos momentos, al menos en la Unión Europea, hay sobrerregulación, cuando lo que habría que hacer es simplificar las cosas "en el buen sentido", es decir, no a costa de la integridad ambiental, sino para facilitar "la gestión de todo esto" a quienes tienen que llevarlo a cabo.
En este contexto, ha señalado que no se debe "demonizar" a las empresas cuando todos queremos tener un coche o luz en casa, y cuando sin ellas no se podrá llevar a cabo la transición hacia una economía descarbonizada.
"Estoy segura de que las empresas se lo creen de verdad y que hay mucho ruido alrededor, que es un camino sin vuelta atrás, donde todo el mundo lo tiene claro", ha aseverado.
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