El gobierno chileno y las cuatro grandes eléctricas que operan en el país -la francesa Engie, la italiana Enel, la estadounidense AES Gener y la chilena Colbun- han firmado un acuerdo por el cual las compañías eléctricas se comprometen a no iniciar nuevos desarrollos de proyectos a carbón que no cuenten con sistemas de captura y almacenamiento de carbono u otras tecnologías equivalentes a partir de esta fecha.
Además se creará un grupo de trabajo para que analice, en el contexto de los objetivos de la Política Energética 2050, los elementos tecnológicos, ambientales, sociales, económicos, de seguridad y de suficiencia de cada planta y del sistema eléctrico en su conjunto, entre otros, que permita establecer un cronograma y las condiciones para el cese programado y gradual de la operación de centrales a carbón que no cuenten con sistemas de captura y almacenamiento de carbono u otras tecnologías equivalentes.
“Gracias a la importante reducción de costos y masificación de tecnologías de generación renovable que se han ido incorporando a nuestra matriz, la industria de generación eléctrica visualiza un futuro crecientemente renovable, donde la generación termoeléctrica dejará de ser la principal fuente de energía, y será junto con la hidroelectricidad, otras tecnologías renovables y el almacenamiento, el complemento de la generación variable solar fotovoltaica y eólica en momentos de ausencia de luz solar o viento”, señalaron el Ministerio de Energía y la Asociación de Generadoras en un comunicado conjunto.
Actualmente las centrales de carbón cubren un 60% de la producción de energía eléctrica en Chile. Según un informe publicado por la asociación Generadoras de Chile y elaborado por el consorcio PSR-Moray, sin embargo, la fotovoltaica llegará a ser la fuente primaria de electricidad en Chile ya en 2030, llegando a cubrir más de un 30% de la demanda.
Según el informe, además, la termoeléctrica a carbón llegará a tener una cuota de apenas un 25% a partir de 2030, mientras que el restante 75% de la demanda sería cubierto por las renovables. “Según la modelación para 2030,” se lee en el informe de la asociación, “la aportación de las centrales hidroeléctricas ascendería al 29%, mientras que las fuentes solares fotovoltaicas y eólicas, denominadas como renovables variables, sumarían el 42%. El 4% restante sería aportado por la biomasa, geotermia y termosolar (CSP).”
El estudio, sin embargo, enfatiza la necesidad de mantener activas unas centrales a carbón para asegurar flexibilidad al sistema eléctrico, ya que “la energía solar no se genera de noche y el viento que hace funcionar los parques eólicos no es constante”.
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