Chile está acelerando su estrategia de descarbonización según el informe “Chile power markets long-term outlook H1 2025” de Wood Mackenzie. Sin embargo, el rápido crecimiento de las energías renovables ha creado desafíos en materia de vertimiento (curtailment) y precios. El almacenamiento en baterías y la línea de transmisión de 3 GW Kimal-Lo Aguirre contribuirán a solucionar dichos desafíos principios de la década de 2030, reduciendo sustancialmente la necesidad de vertimientos y aliviando la congestión en la zona de Alto Jahuel a partir de 2032.
“Utilizando nuestro modelo avanzado para 50 zonas eléctricas, el informe prevé que, para 2035, Chile experimentará un exceso de oferta, ya que el aumento de la capacidad renovable se acelerará mucho más allá del modesto crecimiento de la demanda”, afirmó Marina Azevedo, Analista Senior de Investigación de Wood Mackenzie. “Esto requerirá un despliegue sustancial de Sistemas de Almacenamiento con Baterías”.
El almacenamiento en baterías se volverá rentable
De acuerdo con el informe, Chile será el primer país sudamericano en alcanzar precios competitivos de almacenamiento en baterías dentro de la próxima década. La integración combinada de energías renovables y almacenamiento en baterías contribuirá a estabilizar los precios de la energía y disminuir los riesgos económicos para los generadores renovables.
Los sistemas de almacenamiento también ofrecerán oportunidades de arbitraje lucrativas, con un promedio de $79 dólares por MWh hasta 2030. Sin embargo, el ritmo constante disminuirá a largo plazo a medida que aumente la capacidad. La volatilidad de precios se estabilizará en la década del 2040 debido a una mejor gestión de la oferta y la demanda y a una mayor flexibilidad del sistema.
El gas natural transiciona a un rol de respaldo flexible
La generación eléctrica con gas natural pasará de ser una fuente de carga base a jugar un rol fundamental en satisfacer la demanda máxima, convirtiéndose en una tecnología de respaldo flexible. El cierre de las centrales térmicas de carbón impulsará la necesidad de capacidad de generación de energía con gas. Los desarrolladores están convirtiendo activamente las unidades existentes para que funcionen con gas natural o biomasa como combustibles alternativos. El gas natural sustituirá al carbón como principal tecnología de respaldo en invierno, y esta tendencia se acelerará después de 2030 a medida que se aumente la capacidad solar.
“La transformación energética de Chile representa más que solo descarbonización—es una reestructuración fundamental de cómo los sistemas energéticos pueden operar en un futuro dominado por energías renovables. Su experiencia servirá como punto de referencia crítico para la transición energética más amplia de otros países en la región”, concluyó Azevedo.
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