Las barreras y los muros que inicialmente estaban asociados a los vehículos eléctricos poco a poco se van derribando. Uno de ellos es sin duda el de la carga, ya sea en lo relativo a la velocidad como a la infraestructura de la misma. Cierto es que en este último punto España todavía se encuentra a la cola del resto de países de la Unión Europea pero si hablamos como continente en sí mismo, el europeo está cada vez acelerando la implantación de los puntos de recarga públicos.
Lo consigue gracias a la inversión privada de muchos fabricantes como el caso particular de Volkswagen AG que a través de su marca de carga y energía Elli acaba de alcanzar un hito. Porque desde su fundación en 2018 ya ha conseguido cerrar acuerdos con nada menos que 800 proveedores (algunos de los más destacados Enel, Iberdrola, BP o la empresa conjunta IONITY) repartidos en los 27 países de la Unión logrando llegar ahora mismo a los 400.000 puntos de carga. El objetivo de este proyecto es muy sencillo: proporcionar a los conductores de vehículos eléctricos una red de carga internacional interconectada y de fácil acceso. Para conseguirlo, recientemente Elli ha añadido a su red unas 24.000 estaciones de Vattenfall en Alemania, Países Bajos, Noruega y Suecia, además de 1.000 puntos de carga de alta potencia (HPC) de Fastned en Países Bajos, Alemania, Gran Bretaña, Bélgica, Francia y Suiza.
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