La planta de licuefacción de Damietta en Egipto, ha sido propiedad de Naturgy y ENI al 50% a través de la sociedad Unión Fenosa Gas (UFG) con un 80% del capital. El resto estaba en manos de la sociedad egipcia EGAS.
La planta inició su construcción en marzo del año 2002, comenzando su producción a finales de Noviembre de 2004. En enero de 2005 se realizó el primer cargamento de gas natural licuado con destino a la planta de regasificación de Huelva (España).
Este proyecto representó para Egipto un paso histórico al unirse al selecto grupo de países exportadores de gas natural licuado (GNL) y un hito para el sector energético egipcio.
UFG a través de su filial SEGAS (Spanish Egyptian Gas Company), controlada en un 80%, fue responsable de la construcción y operación de la planta de Damietta. El 20% restante pertenece a las compañías estatales egipcias EGPC (Egyptian General Petroleum Company) y EGAS (Egyptian Natural Gas Holding).
La planta se ubica en la costa mediterránea, en la ciudad de Damietta, a unos 60 kilometros al noroeste de Port Said. La estratégica situación de la planta de Damietta, cercana al Canal de Suez, hace que sea muy atractiva de cara a atender los principales mercados gasistas de referencia: Europa, América y Extremo Oriente.
La capacidad nominal de procesamiento del tren de licuefacción era de 7,56 bcm al año (el equivalente a 5,5 Mtpa de GNL), con una eficiencia energética superior al 90%, lo que equivale a una disponibilidad de 6,8 bcm al año de gas natural comercializable como GNL (Gas Natural Licuado).
El GNL era almacenado en dos tanques de 150.000 m3 de capacidad, ligeramente por encima de la presión atmosférica y a una temperatura de -160ºC. En estas condiciones, el gas natural incrementa considerablemente su densidad (600 m3 de gas natural en estado gaseoso se transforman en 1m3 de GNL). Estos tanques de almacenamiento están dotados de sistemas de recuperación de gas (boil off gas) que se evaporan durante los procesos de almacenamiento y carga de los buques, y que se reinyectan a la planta.
Así funcionaba hasta que llegó la Primavera Árabe.
La instalación ha estado parada desde 2012, ante la negativa de la empresa pública egipcia EGAS de suministrar gas, amparándose en un supuesto estado de excepción derivado, siempre según EGAS, de la Primavera Árabe.
Tras muchas disputas y el buen hacer de los equipos jurídicos de la compañía se falló en diversos tribunales a favor de Naturgy. Uno en El Cairo. El otro, en el CIADI (El Centro Internacional de Arreglo de Diferencias relativas a Inversiones) de Washington, el reputado Tribunal Internacional en el que se lidian las disputas con los Estados, que posteriormente fue homologado en Reino Unido. El laudo contemplaba una indemnización de 2.000 millones de dólares más intereses a UFG.
https://elperiodicodelaenergia.com/egipto-condenada-a-pagar-1-700-millones-a-naturgy-y-eni-por-falta-de-suministro-a-la-planta-de-damietta/
La caída de Mubarak
Los problemas comenzaron en 2011, cuando cae derrocado el régimen de Hosni Mubarak. Fue entonces cuando Naturgy se ve obligada a evacuar a la mitad del personal que trabajaba en la planta en un buque metanero.
Tras la caída de Mubarak toma el mando la Junta Militar de manera transitoria y, tras la celebración de elecciones, los Hermanos Musulmanes se hacen con el poder.
UFG vio, tal y como ya había ocurrido con la caída del anterior régimen, que también cedía posiciones el establisment del sector gasista.
A pesar de todo, desde UFG consiguieron sacar adelante un acuerdo por 3 años desde 2011 a 2013. El objetivo: garantizar la supervivencia de la planta.
Los contratos de gas son una de las principales fuentes de riqueza de Egipto. Conscientes de ello, tanto la Junta Militar primero como el Gobierno de los Hermanos Musulmanes decidieron poner al frente de su equipo negociador a un viejo conocido en este sector y que llegó posteriormente a ser el primer ministro del país: Sherif Ismail.
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