El gobierno federal alemán podría tener que pagar mil millones de euros para desmantelar una central nuclear que cerró en 1989, ya que la empresa encargada de su explotación se enfrenta a la insolvencia, según informó el Handelsblatt.
El estado de Renania del Norte-Westfalia (NRW), en el oeste de Alemania, está buscando nuevas empresas para desmantelar la planta después de que la empresa encargada de su explotación, cuyos accionistas son el proveedor de energía RWE y varias empresas de servicios públicos municipales, dijera que su liquidez financiera estaba "gravemente en riesgo" y que tenía la intención de solicitar la insolvencia en las próximas semanas. RWE no quiso hacer comentarios.
El reactor experimental de alta temperatura de la planta de Hamm-Uentrop, de 300 megavatios, estuvo en funcionamiento durante tres años, antes de que se suspendiera la prueba. El núcleo del reactor se encuentra desde 1997 en un recinto de seguridad de hormigón de cinco metros de espesor, después de que dos años antes se retiraran los elementos combustibles.
La planta no forma parte de un acuerdo entre el Estado y los operadores de las centrales nucleares de 2017 , destinado a garantizar el pago de las facturas por la limpieza nuclear. En virtud de ese acuerdo, los operadores se encargan de desmantelar y desmantelar los reactores, mientras que la obligación de eliminar los residuos se transfirió al Estado: los operadores pagaron 24.000 millones de euros a un fondo para financiar la eliminación.
El estado de Renania del Norte-Westfalia ha anunciado que tiene intención de pasar el proyecto de ley al gobierno federal, ya que el estado cumple con la Ley de Energía Atómica, una ley federal. Según la constitución alemana, el gobierno central debe asumir los costes cuando los estados federados actúan en su nombre. Según han informado fuentes al diario Handelsblatt, Renania del Norte-Westfalia tiene buenas posibilidades de eludir los costes.
Alemania está en proceso de desmantelar sus centrales nucleares, después de que las tres últimas se cerraran en 2023 como parte de la eliminación progresiva de la energía nuclear del país. Desmantelar las centrales nucleares y almacenar de forma segura los residuos radiactivos costará a Alemania decenas de miles de millones de euros y llevará muchas décadas.
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