La empresa estatal Electricité de France (EDF) se encuentra en una encrucijada de 26.000 millones de euros que pone en peligro el futuro de la empresa y que cuenta con la oposición de los sindicatos galos, según recoge el portal de noticias Bloomberg.
EDF tiene en proyecto construir en Somerset , Inglaterra, en la central nuclear de Hinkley Point C dos reactores EPR (European Pressurized Reactor)de 1.600 megavatios. El diseño del EPR es considerado la joya de la corona , que en su día fue símbolo de la ingeniería francesa.
Pero los contratiempos del proyecto, temores de seguridad tras el desastre de Fukushima en Japón en 2011, la aparición en escena de la energía solar y eólica han dejado una de las industrias más importantes de la nación en peligro.
Los analistas consultados por Bloomberg señalan que de seguir adelante en Hinkley Point se pondría en riesgo la situación económica- financiera de la compañía, ya que los precios de la energía han caído considerablemente y el 'cash' se ha reducido.
Pero abandonarlo supondría dañar aún más la imagen de la ingeniería nuclear gala, ya empañada por retrasos y sobrecostos en otros proyectos (Flamanville o Finlandia).
Una portavoz de EDF se negó a comentar cuando la compañía podría dar el visto bueno a Hinkley Point. La estatal gala todavía está trabajando en la financiación y la decisión final.
Por el momento, el Reino Unido se mantiene fiel al proyecto, diciendo que va a crear 25.000 puestos de trabajo y que ayudará a cumplir con su promesa de recortar las emisiones de CO2. Se ha garantizado que EDF ganará al menos 92.50 libras por megavatio-hora en un plazo de 35 años en Hinkley Point, que es casi el triple a precios actuales del mercado.
Por su parte, el gobierno de Francois Hollande, salió el mes pasado en defensa de la eléctrica, diciendo que ayudará a EDF a cumplir con su compromiso, tomando el dividendo que le corresponde en acciones.
La compañía está pidiendo prestado dinero para pagar su dividendo y planea vender activos para financiar nuevos desarrollos. Redujo los gastos operativos anuales en 300 millones de euros y piensa reducir otros 700 millones de euros en 2018.
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