No respiramos aire sano en España. Al menos en un porcentaje mucho más elevado del que se supone. Según el último informe de Ecologistas en Acción sobre la Calidad del Aire 2016, la superficie expuesta a niveles de contaminación que dañan la vegetación y los ecosistemas, (según los objetivos establecidos para los contaminantes inlcuidos en la Directiva 2008/50/CE y el RD 102/2011), alcanza 255.000 kilómetros cuadrados, es decir un 50,5% de España, aunque no es una mala noticia del todo, ya que son 70.000 kilómetros cuadrados menos que en 2015.
Según el informe, a pesar de la sustancial mejora respecto al año anterior, todavía la mitad del territorio español soporta una contaminación atmosférica que incumple los estándares legales vigentes para proteger los cultivos agrícolas y los ecosistemas naturales.
En el caso del ozono troposférico, el contaminante que presenta una mayor extensión y afección a la población un año más, los datos son alarmantes. La superficie expuesta a niveles de contaminación que dañan la vegetación se incrementa hasta los 455.000 kilómetros cuadrados, un 90,1% del territorio. En otras palabras, la práctica totalidad de los cultivos agrícolas y los ecosistemas naturales españoles soportan una contaminación atmosférica superior a la recomendada legalmente.
La principal fuente de contaminación en las áreas urbanas, donde vive la mayor parte de la población, es el tráfico rodado. En determinadas áreas fabriles y en el entorno de las grandes centrales termoeléctricas de carbón y petróleo son estas fuentes industriales las que condicionan de manera decisiva la calidad del aire. En el resto de las áreas suburbanas y rurales el problema fundamental obedece a las transformaciones químicas de los contaminantes originales emitidos por el tráfico urbano y las industrias para formar otros secundarios como el ozono, de manera que, según la asociación ecologista, hoy en día no hay apenas territorios libres de contaminación atmosférica.
Pero ¿dónde en qué zonas de España se respira peor? Según el estudio, el aire más contaminado se concentra en las principales ciudades, el entorno de las grandes centrales termoeléctricas de carbón de Andalucía, Aragón, Asturias, León y Galicia, o algunas zonas industriales como la Bahía de Algeciras (Andalucía), Huelva, el Valle de Escombreras (Murcia) o Puertollano (Castilla-La Mancha).
Además, las áreas metropolitanas de Avilés, Barcelona, Bilbao, A Coruña, Granada, Madrid y Valencia han superado en 2016 los valores límite establecidos por la normativa vigente para alguno de estos contaminantes.
La contaminación del aire causa más de 24.000 muertes prematuras en nuestro país cada año, quince veces más que los accidentes de tráfico. Con altibajos según el año considerado, las superaciones de los límites legales y de los valores recomendados por la OMS se vienen repitiendo de forma sistemática en los últimos años. La Comisión Europea inició en enero de 2009 un procedimiento de infracción contra España por el incumplimiento de la normativa sobre calidad del aire respecto a las partículas PM10, un año más pendiente de llegar al Tribunal de Justicia Europeo. En 2015, la Comisión abrió un segundo expediente a España por los incumplimientos en dióxido de nitrógeno.
Pero ¿qué se propone desde el informe para reducir estos altos niveles de contaminación? Ecologistas en Acción asegura que las vías principales pasan por reducir el tráfico motorizado en las áreas metropolitanas, disminuir la necesidad de movilidad con un urbanismo de proximidad y potenciar en las ciudades el transporte público (en especial el eléctrico) y los medios no motorizados como la bicicleta o el tránsito peatonal. También realizar una reconversión ecológica del transporte interurbano desde la carretera a un ferrocarril convencional mejorado y socialmente accesible; el ahorro y la eficiencia energética; la recuperación de los estímulos para la generación eléctrica renovable, en sustitución de las centrales termoeléctricas a partir de combustibles fósiles; y la adopción generalizada de las mejores técnicas industriales disponibles para la reducción de la contaminación.
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