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El gas natural vehicular, la alternativa real a los coches eléctricos en España

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El sector gasista español se reconoce como parte del necesario cambio de rumbo hacia una economía baja en carbono que cumpla con los objetivos europeos para 2020 y 2030 y con los acuerdos de París. Así lo constata el estudio realizado por Sedigas y la consultora KPMG, **‘El rol del gas en la descarbonización de la economía’. **

Y entre los ámbitos donde el gas va a alcanzar un protagonismo relevante está el sector del transporte. Según el informe, "los vehículos de gas natural aportan una mayor reducción de emisiones que el estándar de motores Euro 6 y emiten un 25% menos de CO2 respecto al parque actual de vehículos de gasolina", por lo que el desarrollo de este tipo de vehículos "mejoraría la calidad del aire urbano por sus bajas emisiones de NOx, PM y SO2".

En la actualidad, ya hay vehículos a gas natural que circulan por las carreteras de nuestro país y este tipo de transporte ya alcanza una cuota de consumo de gas natural del 2%, sobre todo por el aumento de los vehículos pesados urbanos, los autobuses y los camiones de recogida de basura. En un escenario 2030 si se tuviera en cuenta "la inversión necesaria para una mayor penetración del gas natural, el precio del CO2, y una política fiscal favorable, se podría esperar un desarrollo más amplio de GN como combustible para el transporte", esa proporción aumentará del 2% al 5%. El 1,2 Mtep adicional de la demanda de gas natural equivaldría al consumo de CNG (gas natural comprimido) y de GNL de aproximadamente 600.000 vehículos.

escenarios-2030

El próximo 18 de noviembre, España deberá aprobar el Marco de Acción Nacional sobre combustibles alternativos según señala la Directiva Europea 2014/94/UE, que tendrá como base la Estrategia del Impulso del Vehículo con Energías Alternativas aprobada en junio de 2015 por el Gobierno. En esta estrategia ya se dice que el objetivo en 2020 es alcanzar los 150.000 vehículos eléctricos y 1.190 puntos de recarga en toda España (a día de hoy ya hay más 1.000) pero la cifra para vehículos a gas es mucho más ambiciosa, 250.000. No hay ninguna referencia a los objetivos para el vehículo de biocombustibles ni de hidrógeno.

"No tiene sentido que en España se promocione más el desarrollo del gas como combustible que el vehículo eléctrico", explica Javier García Breva, experto en políticas energéticas y presidente de N2E, "porque Europa camina hacia una mayor presencia del vehículo eléctrico, así se recoge tanto en la Comunicación de la Comisión Europea sobre la Unión de la Energía como en la definición del edificio de consumo de energía casi nulo o en la ley de rehabilitación de edificios, donde el almacenamiento, el autoconsumo y el vehículo eléctrico irán de la mano". De hecho, añade García Breva, "en la próxima revisión de la Directiva 2010/31/UE de eficiencia energética de edificios apunta a la integración del edificio de consumo casi nulo y el vehículo eléctrico en toda la nueva edificación y la que se rehabilite".

Sin embargo, en esta loca carrera por liderar el mercado de las cuatro ruedas, el informe explica que el gas natural tendría una más rápida implantación gracias al aprovechamiento de las infraestructuras de gas natural ya desarrollados (terminales de regasificación, almacenamiento de gas, etc.) y a la construcción de la infraestructura de suministro del final requerida (por ejemplo, la adaptación de las estaciones de servicio de suministrar gas natural), que podrían estimular el uso de vehículos a gas natural propulsados por GNC o GNL. Además, tecnológicamente la industria del automóvil se podría adaptar antes al cambio de combustible, de gasolina o gasoil por gas, que cambiar toda la cadena de montaje para fabricar otro coche totalmente diferente, el eléctrico.

"Lo que se haga en España es absolutamente insignificante en términos mundiales, porque China y EEUU lo tienen claro, su objetivo es el desarrollo del vehículo eléctrico", advierte García Breva, "en el caso del gigante asiático, tiene razones medioambientales y sobre todo de salud, la contaminación está matando a cientos de miles de personas cada año en sus ciudades, y en el caso estadounidense, el auge de las renovables es imparable. Ya lo ha dicho el secretario de Estado de Energía del presidente Obama, Ernest Moniz, hay cuatro patas en el desarrollo energético del país, la eólica terrestre, la fotovoltaica a gran escala, la fotovoltaica distribuida y el vehículo eléctrico".

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