Un equipo de ingenieros del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) ha logrado un avance significativo en energía eólica. Han desarrollado un modelo físico-matemático que mejora sustancialmente la comprensión del flujo de aire alrededor de rotores, como los de las turbinas eólicas y las hélices de aviones, especialmente bajo condiciones extremas. Este modelo podría revolucionar no solo el diseño de los rotores, sino también la forma en que se distribuyen y operan las turbinas en los parques eólicos.
El modelo desarrollado por los ingenieros del MIT, liderados por el Dr. Howland, ofrece una nueva teoría sobre la aerodinámica de los rotores. A diferencia de las fórmulas matemáticas tradicionales utilizadas desde finales del siglo XIX, este nuevo enfoque tiene en cuenta situaciones en las que los modelos anteriores fallaban estrepitosamente, como cuando las palas de las turbinas operan a altas velocidades o están inclinadas en ángulos extremos.
Durante más de un siglo, los ingenieros han confiado en la teoría del momento para diseñar rotores y calcular la máxima energía que una turbina puede extraer del viento. Sin embargo, esta teoría, y el conocido límite de Betz que derivó de ella en 1920, mostraba grandes fallas en situaciones prácticas. Cuando las palas giran a alta velocidad o están desalineadas con el flujo de aire, la teoría no solo erraba en la cantidad de fuerza generada, sino incluso en la dirección en que esa fuerza se aplicaba. "No es solo un error cuantitativo, es un error cualitativo", señaló Howland.
Nuevo modelo
El nuevo modelo, denominado "modelo de momento unificado", ya ha demostrado su valía en simulaciones y está en proceso de validación mediante pruebas en túneles de viento y experimentos de campo. Una de las implicaciones más emocionantes de este avance es que puede ser implementado de inmediato para optimizar la operación de parques eólicos sin necesidad de modificar la infraestructura existente.
Actualmente, los operadores de parques eólicos ajustan constantemente la orientación, la velocidad de rotación y el ángulo de las palas de cada turbina para maximizar la producción de energía y mantener la seguridad. El modelo del MIT puede simplificar y agilizar este proceso, proporcionando una manera rápida y precisa de optimizar esos factores en tiempo real.
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