El presidente de Iberdrola, Ignacio Galán, ha abogado en la Cumbre del Clima COP22 en Marrakech (Marruecos) por un mayor compromiso de todos los actores implicados en la lucha contra el cambio climático, lo que será una prioridad para la empresa en los próximos años.
Durante su intervención como ponente en el evento 'High-Level Meeting on Climate Change', que se ha celebrado en la ciudad marroquí, Galán ha recordado la trayectoria de apoyo del grupo a esta causa y su compromiso con las energías limpias desde su origen, a comienzos del pasado siglo, cuando apostó por la energía hidroeléctrica.
"Tras el Protocolo de Kyoto, entendimos claramente que el cambio climático era un problema real, por lo que aprobamos una estrategia para reducir nuestras emisiones de CO2", afirmó.
El directivo de Iberdrola afirmó que el 90% de los 100.000 millones de dólares (unos 93.352 millones de euros) invertidos por la empresa desde el año 2000 se han dedicado a energías renovables e infraestructuras de redes.
Además, destacó que el grupo ha cerrado la mayoría de sus centrales de carbón y fuel, con la excepción de dos plantas "que representan sólo el 2% de la potencia total instalada en la actualidad".
Así, subrayó que Iberdrola es "líder mundial" en energía eólica y señaló que el próximo año las emisiones de la empresa en Europa habrán descendido un 75% respecto a las del año 2000, "lo que supone sólo un tercio frente a la media de las utilities europeas".
A este respecto, Galán anunció que la compañía ya ha alcanzado su objetivo para 2020, tras lograr un 30% de la reducción en la intensidad de emisiones respecto a los niveles de 2007.
Un modelo compatible con la rentabilidad
El presidente de Iberdrola también indicó que el modelo de la empresa demuestra que la lucha contra el cambio climático es "totalmente compatible con la rentabilidad del negocio".
"En este periodo hemos incrementado de manera consistente los resultados y dividendos, duplicando por cinco el tamaño de la empresa, que se ha convertido en una de las mayores utilities del mundo", afirmó.
Así, recordó que en el año 2000 Iberdrola desarrollaba el 99% de su actividad en España, mientras que hoy es, por ejemplo, la segunda compañía eólica de Estados Unidos y una de las principales operadoras de redes de electricidad y gas, con presencia en los estados de Nueva York, Maine, Connecticut and Massachusetts.
"Hemos hecho mucho en los últimos años, pero queda mucho por hacer si queremos tener éxito", aseguró Galán, quien indicó que Iberdrola quiere ir más lejos, para lo que se ha fijado como objetivo reducir su intensidad de emisiones un 50% en el año 2030.
Para alcanzar esta meta, el presidente de Iberdrola apostó por mantener la estrategia del grupo, que prevé invertir 20.000 millones de dólares (unos 18.674 millones de euros) en los próximos cuatro años.
Según Galán, estas inversiones se destinarán a renovables "eficientes", tales como parques eólicos terrestres y marinos, así como plantas solares fotovoltaicas; a infraestructuras de redes, con el fin de completar la digitalización de las mismas y alcanzar 16 millones de contadores inteligentes; y a centrales hidroeléctricas de bombeo, que permiten almacenar energía y contar con capacidad de respaldo.
Por otra parte, el directivo hizo hincapié en Marrakech en el "dividendo social" de la empresa, consistente en el apoyo de Iberdrola al desarrollo de las comunidades en las que está presente, gracias a las compras que realiza anualmente a los proveedores, a la creación de empleo -cerca de 350.000 puestos de trabajo directos e indirectos- y a los distintos programas sociales y medioambientales que lleva a cabo la compañía.
"Para dar una idea del impacto de las energías limpias, gracias a nuestros proyectos de energía eólica marina estamos contribuyendo a revitalizar industrias como los astilleros que, tras décadas de caída de su actividad, son hoy uno de nuestros cuatro principales proveedores de cimentaciones y subestaciones", recalcó.
Finalmente, Galán abogó por un mayor compromiso para hacer frente a los desafíos medioambientales. "París fue testigo de la creación de una nueva alianza global. Espero que Marrakech signifique el primer paso hacia el éxito en nuestro esfuerzo común hacia la descarbonización. Iberdrola asumirá el reto", dijo.
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