Si cualquier persona saliera a la calle y realizara una encuesta acerca de la limpieza de
las energías renovables, un altísimo porcentaje de los encuestados respondería que son
respetuosas con el medio ambiente y que son el futuro a medio-largo plazo, y no les faltaría
razón. Por tanto, un bajísimo número de encuestados pondrían inconvenientes
medioambientales acerca del uso de estas tecnologías.
Aún como estudiante de Energías Renovables estoy en contacto con ciertos entresijos
de estas “nuevas” tecnologías que las personas de a pie desconocen, dan por hecho o
simplemente no se han parado a pensar. Debido principalmente al marketing que nos influye
subliminalmente, al nombrar energías renovables instantáneamente asociamos con
aerogeneradores, paneles solares y vegetación por todas partes.
Es correcto que estas dos tecnologías son las más desarrolladas y con más previsiones de futuro, aunque con algún pequeño inconveniente en el mundo actual. Aerogeneradores y paneles fotovoltaicos se deben fabricar con energía (como todo), y si el mercado comienza a desplazarse hacia China, tal y como ha sucedido con la energía solar y como empieza a ocurrir con la eólica, por todos es conocido que sus centrales de carbón cubren la mayoría de su demanda energética. Lo comido por lo servido.
Un gran error que el público en general comete al pensar en las energías renovables
se basa en su definición. Renovable significa que utiliza una fuente de energía que es
inagotable. Sin embargo, en ningún caso se especifica lo que puede ocurrir durante la
conversión de energía. Por ello no se deben confundir las energías renovables con energías
limpias. Éstas últimas serían las que en el proceso de conversión no producen emisiones
nocivas para el medio, por lo que no todas las energías renovables deben considerarse
energías limpias.
En energías como la termosolar de cilindro parabólico ocurre algo similar a la nuclear.
Aunque salvando las distancias entre un accidente y otro, no existe peligro de contaminación si la seguridad no falla. En la nuclear el gran problema son los residuos radioactivos y en la
termosolar el aceite térmico que se utiliza, cuyas propiedades lo hacen altamente
contaminante e inflamable si se produce alguna fuga. Pero el caso más representativo de
energía renovable no limpia es la tecnología de biomasa. Las calderas que usan los pellets en
lugar de gas aseguran disponibilidad infinita de su recurso pero sólo están cambiando el tipo
de contaminantes que emiten a la atmósfera, ya que con los pellets se producen emisiones de NO2 y partículas en suspensión, es decir similar a los vehículos diésel que se tienen tan
demonizados.
La intención no es arremeter contra las energías renovables, ni mucho menos, si no
poner el foco de atención en que no todas las energías renovables son limpias. Por lo que sería bueno para todos romper con esa idea casi innata que tenemos sobre ellas. Energías
renovables sí, pero aunque detrás también haya objetivos económicos, su propósito principal
es la obtención de energía de manera limpia, así que ya que lo hacemos, hagámoslo bien.
Sergio Espada es estudiante del Máster en Energías Renovables de la Universidad Carlos III de Madrid.
Ignacio O'Connor
29/04/2016