Eficiencia

La eficiencia energética no interesa a Europa: marca un objetivo del 32,5% sin ser vinculante

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A pocos días de finalizar la presidencia de Bulgaria al frente del Consejo Europeo, se ha conseguido lo que ya se pensaba que esperaría al mes de julio. La Directiva de Eficiencia Energética ha conseguido que el trílogo se pusiera de acuerdo en un tiempo récord, apenas hora y media.

Las negaciones han llegado a un punto intermedio entre lo que querían los gobiernos de los países miembros y el Parlamento Europeo. Unos querían el objetivo a 2030 del 30% y otros del 35%. Finalmente se comprometen a un objetivo del 32,5% de eficiencia energética no vinculante para 2030 y un objetivo anual de ahorro del 0,8%. El Acuerdo también incluye la cláusula de revisión para 2023 para alinearse con los Acuerdos de París, como se hizo para la Directiva de Renovables de hace unos días. Un acuerdo que podría haber sido mucho más generoso con todas las partes si al menos hubiera sido vinculante a nivel europeo.

A pesar de los últimos cambios negociados por los Gobiernos de España e Italia, la postura del Consejo apenas se ha movido. Incluso el Parlamento Europeo ha aceptado las líneas rojas marcadas por el Consejo Europeo, es decir, que se contabilice la energía primaria ‘y/o’ la final (se pedía que se tuvieran en cuenta ambas), pero no ha servido de mucho ya que los objetivos generales no son vinculantes ni a nivel nacional ni a nivel de la UE, lo que a la larga convierte los acuerdos en papel mojado.

El acuerdo incluye además excepciones como la del transporte, que no será incluido en el cálculo y, por tanto, no estarán obligados a bajar su consumo energético, lo que debilita aún más si cabe el objetivo final.

La semana pasada el acuerdo entre los tres organismos legislativos europeos (Consejo, Comisión y Parlamento), no se cerró a pesar de que las diferencias eran mínimas. Mientras la cámara reclamaba el 33% y un ahorro de energía anual del 0,84%, el Consejo se estancaba en la defensa del 32% y el 0,82%, respectivamente.

Sin embargo, este objetivo para el eurodiputado de Podemos Xabier Benito Ziluaga, miembro de la Comisión de Industria, Investigación y Energía del Parlamento Europeo, es insuficiente. “Se ha perdido una gran oportunidad de avanzar contra el cambio climático al no apostar por la transición energética, el acuerdo sobre eficiencia energética y renovables alcanzado dista mucho del 40% vinculante para los Estados miembros que se aprobó en el Congreso”, recuerda el europarlamentario, "tras el bloqueo de las negociaciones de la semana pasada, Parlamento y Consejo han llegado a un acuerdo del 32,5% general y del 0,8% de ahorro anual, lo que supone una ocasión pérdida, principalmente, por la poca ambición de los Estados miembro”.

“Aunque parezca que entre el 35% que llevaba el Parlamento y el 32,5% final acordado no hay mucho, hay que tener en cuenta que cada 1% de ese objetivo general suponía: una disminución del 4% de las importaciones de gas; un ahorro de 29€ por medio sobre la factura energética de cada hogar; la creación de 336.000 puestos de trabajo y una disminución del 0,7% de las emisiones de GEI. Cada 1% contaba y mucho”, ha subrayado Benito.

Thomas Nowak de la Asociación Europea de Bombas de Calor (EHPA) publica en un tuit que un objetivo de eficiencia del 32,5% es mejor que nada, pero aún no es suficiente para cumplir los objetivos de París. La observación también se aplica a la directiva de energía renovable por cierto. Y ambos obtendrán una cláusula de revisión en 2023 por lo que habrá una oportunidad para aumentar la ambición.

Sin embargo, para el comisario de Energía y Clima, Miguel Arias Cañete, "un objetivo de eficiencia energética del 32,5% para 2030 con una cláusula de revisión al alza en 2023 es un impulso importante para la independencia energética de Europa".

"Si bien el ligero aumento de los objetivos de eficiencia energética es un paso adelante, seguimos sin entender el freno y reticencia de los Estados Miembros hacia mayor ambición. Una mayor eficiencia energética supone decenas de miles de empleos en la economía verde y digna, una menor dependencia energética, y luchar de forma real contra el cambio climático. Son solo beneficio", ha señalado por su parte Florent Marcellesi, eurodiputado de Los Verdes/ALE, "además nadie tendría que escoger entre calentar sus casas y dar de comer a su familia. Y la eficiencia energética es uno de los remedios contra la pobreza energética. Garantizar casas eficientes es garantizar facturas energéticas asequibles para todas las familias, mientras mejoramos la salud de las personas y del planeta".

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