Francia considera que la propuesta de la Comisión Europea (CE) para la reforma del mercado de la electricidad**** es "una muy buena base de discusión", en particular porque contempla contratos a largo plazo con precios prefijados que podrán garantizar las inversiones necesarias en la energía nuclear.
Fuentes oficiales francesas hicieron hincapié en que el proyecto presentado esta martes por la CE aporta "mas visibilidad sobre el precio a largo plazo para las instalaciones descarbonizadas" entre las que se incluyen, además de las renovables, los reactores nucleares.
Eso ofrece "una señal" que "tiene mucho valor" para los inversores privados de energías renovables, pero también para el Estado francés, que está haciendo una apuesta muy fuerte por la energía nuclear como principal fuente de generación de electricidad.
En condiciones normales, los 56 reactores del parque nuclear francés aportan el 70% de la electricidad del país y una ley actualmente en tramitación parlamentaria elimina el tope futuro del 50% que se había introducido durante el mandato del anterior presidente, el socialista François Hollande.
Las nucleares en Francia
El actual jefe de Estado, Emmanuel Macron, ha lanzado un programa para prolongar la vida útil de esos reactores de los 40 años previstos inicialmente hasta los 60 y, sobre todo, quiere lanzar la construcción de seis nuevos reactores de tecnología EPR que entrarían en servicio entre 2037 y 2050.
Para el Gobierno galo, la propuesta de la Comisión Europea también responde a su demanda de acercar los precios que pagan los consumidores a los costos de producción que hay en Francia (basados esencialmente en las centrales nucleares).
Aunque durante meses, varios de sus miembros, y en particular el ministro de Economía, Bruno Le Maire, han insistido en desacoplar los precios de la electricidad de los del gas, el dispositivo del Ejecutivo europeo constituye un dispositivo aceptable.
Las fuentes indicaron que Francia defiende el mantenimiento del mercado mayorista basado en un sistema marginalista de precios, es decir determinado por la última central que tiene que entrar en servicio para cubrir la demanda, y que normalmente es una de gas.
Pero también que eso tiene que ir acompañado de un sistema de estabilización, que es lo que ofrecen los llamados contratos por diferencia (CfD) que plantea Bruselas.
Esos CfD previstos para las subastas estatales con generadores de electricidad con tecnologías renovables o con reactores nucleares servirían para garantizarles una "fuente estable" de ingresos para cubrir las inversiones, pero al mismo tiempo evitaría que las tarifas se dispararan.
En la práctica, si el precio de mercado es inferior al acordado, las autoridades públicas abonan la diferencia a la compañía energética. En el sentido opuesto, si es superior es la generadora la que paga esa diferencia a las arcas públicas.
naughty crow
14/03/2023