Puede que cuando lea el titular piense que qué ha desayunado este lunes Ramón para decir una cosa así. Pero es verdad, los españoles no estamos financiando la guerra a Putin cuando consumimos gas ruso.
El gas que llega a España es todo gas natural licuado (GNL) que procede de una terminal denominada Yamal LNG.
Dicha planta está controlada por la empresa rusa Novatek en algo más del 50% del capital, mientras que la francesa Total y la china CNPC poseen un 20% y el 9,9% restante pertenece a Silk Road Fund.
Es decir, que ni una molécula de gas ruso que se compra desde España tiene sello de Gazprom y por tanto financia la guerra de Putin contra Ucrania.
Además, Gazprom tampoco provee gas a Novatek que posee sus yacimientos y su propia terminal para poder exportar GNL a otros países.
Gazprom ocupa la totalidad de los gasoductos y la otra terminal de GNL, pero Yamal LNG es totalmente de ámbito privado.
Lo único que ingresa el Estado ruso de estas operaciones es la fiscalidad a los beneficios de Novatek por estas compraventas de GNL. Una cantidad que en el caso del GNL español es bastante inferior a si compras las mismas cantidades de gas a Gazprom por gasoducto.
Único contrato
En España el único contrato que existe de una empresa con el gas ruso es el de Naturgy con Yamal LNG. A finales de 2013, la por entonces Gas Natural Fenosa cerró un contrato de GNL de 3,2 bcm anuales durante 25 años hasta 2038.
Con este gas, aproximadamente se consigue cubrir el 8-10% de la demanda de gas de España. Y ya no hay más contratos a largo plazo con Rusia.
El resto de movimientos mercantiles con gas ruso son operaciones puntuales, pero ninguna de ellas bajo el amparo de la estatal Gazprom.
"Todo el gas ruso que llega a España procede de Yamal", asegura Dániel Stemler, de Energy Intelligence. Por cierto, además, todos estos contratos se firman en dólares y no en rublos como exige Moscú.
La planta de Yamal LNG, en el Círculo Polar Ártico, es una instalación especial de GNL. Localizada en Sabetta, la planta tiene capacidad para 16,5 MTPA.
Por ella circulan los buques más grandes que se hayan construido con capacidad para 170.000 metros cúbicos. Todos ellos, con tecnología para romper hielo por las bajísimas temperaturas que se manejan en la zona en el invierno.
CT
18/07/2022