La red eléctrica española es un ejemplo en todo el mundo por su robustez, por su fortaleza, por su gestión, por su capacidad de respuesta, por su digitalización, por su alto índice de seguridad de suministro, etc. Es posible que sea una de las mejores del mundo. Pero tiene un problema. Que está atascada.
El bajo precio de la electricidad y su situación geográfica colocan a España como el sitio idóneo para consumir electricidad. Ya seas centro de datos, colocar baterías, producir hidrógeno renovable, nueva industria net zero, etc.
Lo que están viviendo las eléctricas estos últimos tres años es una auténtica locura en cuanto a solicitudes de acceso y conexión a la red de distribución y de transporte.
Avalancha de solicitudes
Veamos los datos. A junio de 2024, en España hay 170 GW de potencia contratada por todos los usuarios en las distintas tarifas. De los cuales 122 GW son viviendas o pequeños negocios.
Según fuentes del sector eléctrico, las cuatro grandes distribuidoras que se reparten más del 90% del negocio recibieron en 2022 solicitudes por unos 15 GW de demanda. Al año siguiente, las peticiones se duplicaron y se fueron hasta los 30 GW y en este 2024 que aún no ha acabado ya se ha superado esa cifra y se han pedido más de 30 GW. Es decir, en sólo tres años se percibieron 75 GW, casi la mitad de la potencia contratada.
¿Se puede conectar tanta nueva capacidad? ¿Esos datos son reales? A ello además tienes que sumar otros 30 GW de solicitudes de demanda en la red de transporte. Parece que la burbuja ya está de nuevo montada. Pero no es así realmente.
Existen dos graves problemas que hacen imposible la gestión de la red eléctrica española. Por un lado, estas solicitudes de demanda no son del todo reales, porque un mismo proyecto ha podido presentar solicitud en distintos puntos de acceso a la red.
Es decir, que un mismo centro de datos de 100 MW ha podido solicitar conexión a Endesa en Cataluña, también en Aragón y a Iberdrola en Madrid. O que un productor de hidrógeno lo haya solicitado cerca de la red gasista en Madrid o cerca de la red eléctrica de Barcelona donde se construirá el H2Med.
Una cuarta parte
Según estas mismas fuentes, toda esa capacidad es imposible que sea real y calculan que un sólo un 25-30% de los casos sean proyectos reales, es decir, unos 8.000 MW al año, en el mejor de los casos. Probablemente sea menos, más cercanos a los 5.000-6.000 MW.
O sea que de esos 75.000 MW de nueva demanda, verdaderamente hay detrás unos 15.000-18.000 MW, y luego realmente un buen número no se conectará.
He aquí el segundo gran problema al que se enfrentan los gestores de la red eléctrica. Un cliente, ya sea un desarrollador de generación eléctrica, para autoconsumo, o un cliente que quiera instalar baterías o desarrollar hidrógeno renovable tiene que pasar por el mismo sistema de solicitudes, dependiendo al tipo de tensión que te quieres conectar.
El caso es que tras una tramitación tediosa consigues que te otorguen un punto de acceso y conexión a la red por una capacidad X. Hasta ahí todo bien. El problema viene que se trata de capacidad de red secuestrada ya que tiene que estar adjudicada por un tramo de cinco años.
Capacidad secuestrada
Según las eléctricas del orden de unos 16.000 MW con el punto de conexión concedido no han movido un dedo aún y no se sabe si dentro de unos años lo harán o no y mantienen esa capacidad secuestrada.
Las eléctricas desconocen si esos proyectos que poseen el punto de acceso se llevarán a cabo finalmente. Anteriormente a esta avalancha no había requisitos para conseguir el punto de acceso. Podías conseguirlo y tener la red secuestrada durante cinco años que nadie te decía nada.
Ahora, para la demanda ya no es así, desde diciembre de 2023 se pagan unas garantías por cada MW concedido, al igual que con la generación, y aún así las solicitudes en este 2024 se han disparado aunque ya no al ritmo de un año antes cuando se duplicaron.
Fuentes del sector eléctrico han explicado a El Periódico de la Energía que están trabajando tanto con el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico como con la CNMC y con Red Eléctrica, operador de la red de transporte, para tratar de acabar con estos dos graves problemas que impiden la buena gestión de la red.
Soluciones
Buscan soluciones tanto a la avalancha de peticiones de acceso a la red como a si verdaderamente hay un proyecto real detrás de la misma. Las garantías son una herramienta que ayudan y es posible que se incrementen, al igual que también se está viendo cómo frenar la avalancha con un tope máximo de solicitudes para un mismo proyecto.
El problema es que no sabes dónde te pueden dar el acceso para ese mismo proyecto. Puede que no te lo den en un lado, pero sí en otro sitio. O que finalmente no te lo den en ningún lado.
El lío que hay es importante y sería clave para el desarrollo industrial español y por tanto para su economía que se arreglara cuanto antes. Se acelerara la tramitación y se pudiera gestionar al alto tráfico de solicitudes.
En el sector se esperan medidas al respecto y a no muy tardar.
Deja tu comentario
Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Todos los campos son obligatorios