Petróleo & Gas

Greenpeace y Shell alcanzan un acuerdo para zanjar la denuncia por una protesta ecologista

El arreglo contempla que la ONG haga una donación de unos 360.000 euros a la organización de rescate Royal National Lifeboat Institution a cambio de que la compañía retire su acción judicial

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La ONG ecologista Greenpeace y el gigante energético Shell han llegado a un acuerdo extrajudicial para resolver la demanda multimillonaria que la petrolera había interpuesto contra la organización y nueve activistas que participaron en una protesta en un buque en febrero de 2023.

Según señalaron Greenpeace y Shell en sendos comunicados, el arreglo contempla que la ONG haga una donación de 300.000 libras (unos 360.000 euros) a la organización de rescate Royal National Lifeboat Institution (RNLI) a cambio de que la compañía retire su acción judicial.

La acusación reclamaba 11 millones de dólares (10,5 millones de euros) en daños y perjuicios y costas judiciales al entender que se habían puesto en riesgo vidas humanas, según Greenpeace.

Por el acuerdo, los acusados se comprometen a no acercarse a cuatro explotaciones en Shell en el mar del Norte por un periodo de entre 5 y 10 años, aunque según la asociación esos lugares están en "declive" y no tenían previsto más acciones directas en ellos.

Greenpeace y Shell

Para la codirectora ejecutiva de Greenpeace en el Reino Unido, Areeba Hamid, la demanda de Shell se había convertido en "una rueda de molino de relaciones públicas en torno a su cuello".

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"La respuesta pública contra sus tácticas de acoso le hizo retroceder y buscar un acuerdo extrajudicial", subrayó la responsable de Greenpeace, que destacó la participación de personalidades como los actores Benedict Cumberbatch o Emma Thompson en sus campañas públicas.

Para Shell, "el derecho a protestar es fundamental y no ha sido cuestionado", pero creen que este caso trataba de un "abordaje ilegal" que, según describió un juez del Tribunal Superior, puso sus vidas e, indirectamente, las de la tripulación, en peligro.

Los activistas de Greenpeace permanecieron 13 días a bordo un barco que transportaba una plataforma petrolífera de Shell en aguas al norte de Canarias para protestar por la perforación de gas y petróleo en el mar del Norte, y desembarcaron en el puerto noruego de Haugesun tras 4.000 kilómetros de travesía.

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