Política energética

Hunosa evalúa la seguridad del pozo turístico Sotón

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Miembros de la Brigada Central de Salvamento Minero y guías mineros de Hunosa han llevado a cabo este fin de semana un simulacro de intervención en el pozo Sotón, una explotación cerrada en 2014 y reconvertida en atractivo turístico que permite a los visitantes sentirse mineros por un día.

El recorrido ofrece dos alternativas, una más exigente que dura cinco horas y otra de 120 minutos, y permite realizar los trabajos propios de la mina como picar carbón, barrenar un frente de galería, bajar un plano casi vertical hasta 556 metros y recorrer un trayecto de dos kilómetros en un tren minero también a 556 metros bajo el nivel del suelo en un pozo con 140 kilómetros de galerías.

Según ha informado la hullera pública, el simulacro ha servido para complementar los protocolos de seguridad ante emergencias y mejorar la seguridad de las personas que participan en la visita turística a la mina, casi 10.000 desde su puesta en marcha en 2015.

El ejercicio ha consistido en la evacuación en camilla de una persona desde la chimenea de "La Jota", un paso muy angosto y casi vertical entre las plantas octava y novena del Pozo, a medio kilómetro de la superficie.

"La Jota" es una chimenea de ventilación, utilizada también como salida auxiliar, ejecutada manualmente y reforzada únicamente con piezas de madera, que tiene una longitud de 100 metros y con una pendiente media que supera los 43 grados.

Su sección media de paso en algunos tramos es inferior al metro cuadrado lo que en ocasiones obliga a avanzar arrastrado con los pies por delante y convierte ese tramo en uno de los hitos de la visita por lo que fue el lugar elegido para practicar el rescate.

El simulacro ha servido para mejorar la formación de los guías ante una situación de emergencia y para que se familiaricen con los equipos de evacuación empleados en talleres estrechos y verticales.

Así, los guías han conocido los procedimientos que la Brigada Central de Salvamento Minero aplica en este tipo de intervenciones y varios de ellos participaron en el ensayo adoptando el rol de persona accidentada para ser evacuados en camilla.

El visitante del Sotón debe hacer parte del recorrido agachado para poder pasar por túneles de medio metro de altura y sortear las mampostas que refuerzan la galería mientras intenta no tropezar con los costeros (rocas sueltas), un tramo donde se refuerzan las condiciones inherentes a una mina -oscuridad, ruidos inusuales, sensación de confinamiento, calor, humedad y polvo en el ambiente-.

Tras conocer un taller de picadores se puede probar suerte con el martillo y arrancar una piedra de carbón para llevarla de recuerdo y la labor de un frente de barrenistas, los visitantes alcanzan la décima planta, a 557 metros de profundidad -casi cuatro veces la altura de la Torre Picasso de Madrid-, que constituye la cota más baja que puede visitar un turista en una mina en Europa.

El regreso hasta la caña del pozo se lleva a cabo en un tren minero que circula durante dos kilómetros a casi seiscientos metros bajo el nivel del suelo de una explotación que conecta a través de sus galerías con el también clausurado pozo María Luisa.

Dicha explotación es un emblema de la minería asturiana tras permanecer abierto 158 años en los que fue escenario de tragedias como el accidente que en 1949 mató a catorce mineros y de visitas de los Reyes de España y de un presidente del Gobierno, Adolfo Suárez.

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