El Grupo IKEA ha anunciado la decisión de invertir 200 millones de euros para acelerar su transformación en un negocio climático positivo. La mitad de las inversiones se destinará a garantizar que las operaciones de producción funcionen completamente con energía renovable, y la otra mitad se centrará eliminar el carbono de la atmósfera a través de la reforestación, la restauración de bosques degradados y mejores prácticas de gestión forestal.
“Nuestro objetivo es reducir más emisiones de gases de efecto invernadero en términos absolutos para 2030 de lo que emite toda la cadena de valor de IKEA, al tiempo que crece el negocio del grupo. Para alcanzar este objetivo, continuaremos invirtiendo en áreas que generen impacto. Esta inversión acelerará la transición al uso de energía renovable en toda nuestra cadena de suministro y eliminará el carbono de la atmósfera a través de la reforestación y mejores prácticas de gestión forestal”, dijo Torbjörn Lööf, CEO del Grupo IKEA.
La idea de Ikea es que el dinero ayude a los proveedores y sus fábricas en la transición hacia las energías renovables. La firma priorizará las operaciones de tratamiento de textiles, cerámica, vidrio y metal, áreas donde Ikea tiene mayor impacto y donde es difícil convertirlas en energía renovable. Promover la generación de energía renovable en el sitio y las nuevas instalaciones es fundamental para que el gigante del mueble alcance su objetivo renovable para 2030.
Los otros 100 millones de euros se destinarán a eliminar y almacenar carbono a través de la reforestación y el manejo forestal responsable. Según el comunicado de la compañía, más de la mitad de la huella climática del gigante del mueble está incrustada en los materiales utilizados para la producción, y la madera es uno de los "materiales principales" que utiliza IKEA.
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